Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Miquel Roca: "El gran riesgo de la felicidad de la convalecencia en el que estamos es muy peligroso"

"Los problemas psicológicos y emocionales que provocará la situación económica impactarán sobre todo en la atención primaria" - "La bronca política no ayuda, introduce más caos"

Miquel Roca: "El gran riesgo de la felicidad de la convalecencia en la que estamos, es muy peligroso"

Miquel Roca: "El gran riesgo de la felicidad de la convalecencia en la que estamos, es muy peligroso"

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Mallorca o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Miquel Roca: "El gran riesgo de la felicidad de la convalecencia en la que estamos, es muy peligroso" Virginia Eza

P ¿Es optimista ante la situación actual por la pandemia

R Siempre hay que serlo, pero creo que estamos en el gran riesgo de la felicidad de la convalecencia, que es muy peligroso. Todo el mundo está feliz porque la situación no es tan grave, pero es una situación de gran peligro. Hay incertidumbre. Hay que ser optimistas, es cierto, pero hay que moverse entre el miedo y la prudencia. No es fácil encontrar el punto justo.

P Llegan momentos muy complicados para muchas personas, no solo por la enfermedad sino por la crisis económica ¿Qué efectos prevé desde el punto de vista psiquiátrico?

R Ante una pandemia de estas características lo primero es la enfermedad infecciosa, pero luego vienen las reacciones psicológicas y emocionales. Quizá por primera vez estas reacciones psicológicas están preocupando. En las antiguas epidemias se hablaba solo de la enfermedad. Ahora está cobrando importancia el ser conscientes de que las reacciones psicológicas posteriores son importantes. Lo son en personas que han padecido la enfermedad, familiares de fallecidos, personal sanitario y no sanitario que han tenido que seguir trabajando asumiendo situaciones claras de riesgo. También están los enfermos mentales, que son un colectivo especialmente vulnerable, que han visto cómo se rompía la cadena asistencial, como en el resto de patologías. El sistema sanitario ha respondido bastante bien en esta primera oleada.

P ¿Está preparado el sistema para atender a esas consecuencias psicológicas?

R Desde el punto de vista de las enfermedades mentales preocupa la situación económica que se ha generado. Creemos que los problemas psicológicos y emocionales impactarán sobre todo en la atención primaria. En la pasada crisis económica se vio cómo colectivos que se quedaban sin trabajo tenían problemas emocionales y acudían a atención primaria. Creo que eso ya está ocurriendo ahora. Se trata de sintomatologías depresivas y ansiosas.

P ¿Y grandes depresiones?

R No. Hay que ir con cuidado y ser cautelosos por ejemplo cuando se dice que han aumentado los suicidios. No hay ningún dato que permita decir algo semejante. Es complicado, es cierto. Creo que ha rebrotado un poco una ofensiva anticientífica que es muy preocupante. Desde las universidades y las sociedades científicas hay que luchar contra esto. Hay un caldo de cultivo para que surjan teorías conspiratorias y se dicen cosas terribles. A veces me llama la atención la gente que dice que hay que escuchar a otros que son mejores en su trabajo, pero los que son mejores en su trabajo no necesariamente tienen opiniones científicas o políticas serias. Es muy peligroso. La utilización por ejemplo de personajes famosos para que digan cosas es un arma de doble filo.

P ¿No detecta también lo contrario, un aumento del respeto a los científicos y la esperanza de que encuentren tratamientos y vacuna?

R Sí. Pero en momentos como este ocurren estas reacciones. Por ejemplo, con el Sida se apuntaba a los homosexuales. Ahora se dice que es la industria farmacéutica la que ha introducido esto para luego ganar dinero. Si tenemos una sociedad tan crédula que se cree cualquier cosa, en un momento como este se producen estas reacciones. Por eso creo que es muy importante la información. Y lo será mucho de cara a un rebrote.

P ¿La atención telemática funciona en la medicina?

R La atención entre médico y paciente es muy directa. Quizá habrá que irse acostumbrando a que algunas cosas en medicina se puedan hacer a través de una pantalla del ordenador, pero la relación entre médico y paciente es muy de cercanía física y disponibilidad. La telemedicina y la telepsiquiatría será una puerta abierta de cara al futuro, pero habrá que ver cómo se plantea.

P ¿Esa felicidad de la convalecencia sobre la que advertía al principio afecta especialmente a los jóvenes?

R Sí. Son edades complicadas. Hay otras cuestiones en las que las cifras preocupan. Por ejemplo, he visto que en Inglaterra, en marzo y abril, había un 30 por ciento más de venta de alcohol. El riesgo de consumo de alcohol, los cambios del estilo de vida y la alimentación... Todas estas cuestiones van a ser un riesgo para la salud en los próximos tiempos.

P Con todos los adelantos técnicos, la sociedad no estaba preparada para algo así.

R No. Ahora hay mucha gente que dice que ya lo veía venir. Yo siempre les contesto que supongo que entonces tenían un respirador en su casa cuando eran baratos, ya que son tan visionarios. Es cierto que depende mucho de rasgos de personalidad. Hay gente que se cree invulnerable, que ni usa mascarilla ni guarda distancias. Hay gente temerosa, con rasgos hipocondriacos, con miedo a salir, al contacto social... Cada grupo de personas necesita un tipo de información más ajustada a su personalidad. Y eso es difícil. Creo que será importante que fomentemos los factores de buena adherencia de la gente a conductas como guardar la distancia. Creo que es peligroso actitudes como cuestionar hasta organizaciones de salud, como la OMS, que tienen que existir más reforzadas que nunca. También es cierto que las prisas para publicar son malas consejeras y eso también ha ocurrido con informaciones científicas sobre la Covid. Hay datos muy contradictorios. A eso se añade que a veces el debate político ha ido más a tirar al Gobierno que al virus.

P ¿La crispación que está caracterizando el debate político está afectando al estado anímico de la sociedad?

R Ha contribuido a crear más tensión en los ciudadanos. Afortunadamente las dos personas que más responsabilidad tenían en la pandemia, el ministro Illa y Fernando Simón, parece que crecieran en ansiolíticos, por la tranquilidad que muestran. Yo creo que pedir certezas como se pedían en tiempos de incertidumbre, en una situación como esta, dice poco en favor de los políticos. Incluso ahora se piden protocolos rotundos y claros, ante una situación que es cambiante. El debate político debería contribuir a que se sosegara la situación. Lo primero debería ser controlar la epidemia, luego entenderla y después, en todo caso, intentar tirar al Gobierno si es lo que se quiere. Aquí ha ido al revés, se ha intentado tirar al Gobierno lo primero cuando ni siquiera era factible. La bronca política permanente no ayuda, introduce más caos en el sistema.

P ¿El Govern

R La situación en Balears creo que se ha manejado bien. La respuesta sanitaria aquí ha sido impecable. Afortunadamente la pandemia en las islas ha sido algo más leve que en otros lugares y los servicios sanitarios han respondido perfectamente. La situación económica que vendrá aquí será especialmente seria, pero la actuación general creo que ha sido de las mejores. Si comparamos con otras comunidades autónomas, la nota en Balears es altísima.

P ¿Qué consejo daría, como psiquiatra, para evitar las consecuencias psicológicas y de ansiedad por la pandemia?

R Yo aconsejaría recuperar las rutinas en la medida de lo posible. El cerebro es un mecanismo hecho de rutinas. Intentar recuperar los hábitos y estilos de vida más saludables que ayudan para enfermedades mentales y no mentales. Es cierto que cuesta tener un estilo de vida en el que la alimentación, los hábitos de higiene, de sueño o de consumo de sustancias se ajusten. En muchos grupos sociales esto exige esfuerzos, porque no ven una compensación clara. Hay tratamientos, por ejemplo para el colesterol, cuya respuesta es diferida. Cuesta mucho entender que deberíamos ser adherentes a hábitos y estilos de vida que no tienen una respuesta inmediata.

P Los sanitarios han estado en primera línea de la lucha contra el coronavirus. ¿Necesitan especial atención para afrontar lo que han vivido?

R No se puede generalizar. Hay algunos muy afectados, ansiosos, con problemas de sueño. Otros han resistido muy bien. La mayor parte de servicios de salud mental y psiquiátrica de casi todo el mundo han hecho protocolos de atención al personal sanitario, y también del no sanitario que han estado en primera fila. Ha habido buena reacción en este sentido para atenderles.

P Los sanitarios se han convertido casi en unos héroes. ¿Habrá aún más peticiones para ingresar en la Facultad de Medicina balear?

R Lo cierto es que no necesitamos publicidad. Nuestra facultad está hecha para 60 plazas nuevas cada año y teníamos unas 1.500 peticiones antes del coronavirus. La medicina ya tenía un atractivo muy potente. La nota de acceso es tan alta que muchos no llegan. Por el momento no podemos tener más plazas porque no tenemos autorización. ¿Recuerda cuando había el debate sobre si Balears necesitaba la facultad de Medicina y se decía que sobran médicos? Algo bueno que se ha visto es que el sistema MIR de formación es muy útil y ha hecho muy buenos profesionales. Creo que se podría extender a otro tipo de carreras, por ejemplo Magisterio.

P Supongo que afrontar estos meses la enseñanza médica sin clases presenciales habrá sido especialmente complicado.

R Sí. Es cierto que hay mecanismos modernos que por simulación pueden paliar algo las dificultades, pero la idea general de las facultades de Medicina, también de la nuestra, es que si la situación lo permite y guardando todas las normas necesarias, ir al máximo posible de presencialidad. Medicina es uno de los estudios que más claramente se tiene que realizar de manera presencial.

P ¿Cómo lo han planificado para que sea posible?

R Como afortunadamente tenemos solo 60 estudiantes por curso podemos planificarlo mejor. En total hay 240 alumnos y cuando empiece el curso entrarán otros 60. A día de hoy la situación es hacer las clases magistrales mitad presenciales y mitad no presenciales, hacer las teóricas con la mitad de los alumnos y algunas por la vía on line, y todos los seminarios y clases prácticas presenciales, por grupos pequeños. Si la situación sigue como ahora, estaremos en condiciones de hacerlo prácticamente presencial todo. Si no, en todo caso, salvo algunas teóricas on line, se harían por grupos pequeños presenciales.

Compartir el artículo

stats