La internista Luisa Martín, presidenta de la comisión de infecciosas, profilaxis y política antibiótica del hospital de Son Espases, responde a las cuestiones menos claras acerca del nuevo coronavirus, aquellas que todavía suscitan controversias.

Asintomáticos: De catorce a diez días

Una de las grandes incógnitas la despeja, al menos en parte, la doctora Martín al afirmar que una persona contagiada sin síntomas puede trasmitir el virus a sus semejantes durante tan solo diez días ya que a partir de ese lapso temporal la carga viral es tan baja que "muy probablemente ya no pueda contagiar a nadie".

"Pero no está demostrado", apunta adoptando precauciones ante futuras nuevas revelaciones que desmientan las certezas científicas actuales. El pasado jueves, revela, el ministerio de Sanidad modificó la recomendación vigente de que una persona asintomática con una PCR positiva debía mantenerse 14 días recluida en su domicilio y aislada del resto de familiares si los tuviera y rebajó el periodo de precaución para estos contagios a los diez días.

Así, un contacto estrecho con un positivo al que se le confirme con una PCR que también se ha infectado deberá permanecer 10 días recluido y aislado pese a que no manifieste ningún síntoma. La doctora Martín señala que este nuevo protocolo que ha recortado en cuatro días el periodo de incubación del nuevo coronavirus se empezará a aplicar desde mañana lunes.

Agresividad: Respuesta antiinflamatoria

Sobre los motivos por los cuales el SARS-CoV-2 se comporta más agresivamente con unas personas que con otras, la doctora Martín considera que se debe a que tienen muchos receptores que facilitan la entrada del virus en las células para que provoque daño. Este es también el motivo por el que el virus es menos nocivo para los niños. "El sistema celular de los niños tiene menos receptores y evita que el virus penetre", abunda.

Aunque la gravedad de la clínica de cada paciente se produce posteriormente, por la respuesta antiinflamatoria que cada individuo tiene ante la infección. Es como si, hablando coloquialmente, su sistema inmunitario respondiera de forma desproporcionada ante la presencia del agente patógeno extraño.

"Este fue uno de los aspectos que más nos ha sorprendido. Inicialmente pensábamos que solo se trataba de un virus y que cuando se acabara la infección se acabaría el problema. Pero luego comprobamos que provocaba trastornos inflamatorios. Que se trataba de una infección que provocaba un cuadro inflamatorio que persistía y daba síntomas", revela la internista.

Sorpresas: Secuelas respiratorias

Sorpresas: Secuelas respiratoriasSe le plantea a la doctora qué le ha sorprendido más de este nuevo agente patógeno y la experta señala la contagiosidad de los asintomáticos y "cómo afecta el virus a los enfermos a largo plazo. En los pacientes que han estado más graves quedan secuelas pulmonares, provoca fibrosis (cicatrización) y disminución de la capacidad respiratoria y también problemas circulatorios". Otra de las sorpresas ha sido que no solo se trata de una infección, sino de una infección que genera también un cuadro inflamatorio persistente que provoca daños.

Más vulnerables: Hipertensos y obesos

"Hemos aprendido que las personas más vulnerables frente al virus son los hipertensos, los obesos, las personas con enfermedad pulmonar crónica, diabéticos, pacientes oncológicos o personas con sus sistema inmunitario deprimido. A estas personas son a las que debemos tener más controladas", detalla la internista.

Incertezas: ¿Problemas cardiacos?

Ante esta pregunta, la doctora Martín bufa antes de responder con precaución que "no sabemos las secuelas que va a dejar a largo plazo, hay afectados que han desarrollado un embolismo pulmonar. También se está estudiando ahora si es capaz de provocar una inflamación arterial que provoque también problemas cardiacos".

Tratamientos: Corticoides para la inflamación

Es de obligada formulación una pregunta sobre tratamientos después de que en Reino Unido hayan constatado que la dexametasona se ha demostrado efectiva con algunos pacientes. "Nosotros también hemos suministrado antiinflamatorios por vía endovenosa a nuestros pacientes para tratar la respuesta inflamatoria del organismo ante el virus que normalmente aparece entre el séptimo y el décimo día del periodo de incubación. Para pararla se usan fármacos antiinflamatorios como los corticoides. Ahora se ha demostrado su efectividad en ensayos clínicos, pero nosotros ya los usábamos con los pacientes más graves".

Vacuna: No antes del próximo verano

"No la tendremos antes del verano de 2021", pronostica la internista recordando que en estos momentos hay más de cien ensayos clínicos en marcha con ese objetivo. "Hay muchas estrategias ya en fase clínica (experimentando con seres humanos) porque si consigues la vacuna es como obtener un premio. Por eso hay como una carrera por conseguirla, pero con estas cosas no se puede correr", advierte.

La internista señala que ya hay fármacos que han conseguido que no desarrolles la enfermedad, pero no que te infectes, por lo que insta a buscar "algo mejor". Preguntada sobre la rumorología que circula por las redes sociales achacando toda la pandemia a una presunta trama de Bill Gates para inocular con la futura vacuna un chip al conjunto de la población para tenernos controlados, Martín señala que esa afirmación no tiene ninguna base científica. "Los bulos que han circulado por las redes sociales durante la pandemia han hecho mucho daño", zanja.

Inmunidad: Confinamiento efectivo

No le ha sorprendido a la doctora que tan solo el 1,5% de la población balear haya estado en contacto con el virus, según ha demostrado la segunda oleada del estudio de seroprevalencia estatal. "Es lo que se esperaba. Ha habido muy poco contacto entre las personas por un confinamiento decretado para darnos un respiro y no saturar el sistema sanitario público. ¿Que este escaso contacto nos deja muy expuestos frente a un nuevo rebrote? Yo no sé si habrá un nuevo rebrote. Lo que sí sé es que estamos preparados para afrontarlo. Ya sabemos lo que nos viene y no tardaríamos tanto en reaccionar", tranquiliza.

Calor estival: Merma para su potencial

"No lo sabemos, aunque se confía en que sí, que lo atenúe", responde a la pregunta de si el calor estival va a mermar el potencial del coronavirus. "Como tampoco sabemos si volverá en otoño o si desaparecerá como pasó con el primer SARS, aunque no lo creo porque la contagiosidad de uno y otro nada tienen que ver", recalca.

Mutaciones: Más agresivo o más débil

"La capacidad de mutar de los virus es mucho más alta que la de las bacterias, pero también desconocemos si este mutará y se hará más agresivo", señala aludiendo a la aparición de un rebrote de la enfermedad en Beijing rebrote de la enfermedad en Beijingque las autoridades chinas aseguran que es importado y cuyo virus causante se está comportando más virulentamente. "También podrían darse mutaciones que le debiliten y le quiten la capacidad de infectar a los seres humanos", contrapone. La doctora zanja este apartado negando que haya tratamientos contra el virus que le hagan más fuerte.

Mascarillas: Para un tiempo largo

¿Han llegado las mascarillas para quedarse? Esta sanitaria inicialmente en contra de su uso opina que "habrá un antes y un después con las mascarillas tras la aparición de este coronavirus. Yo, que inicialmente estaba en contra de ellas, ahora estoy a favor de su uso en las aglomeraciones de personas. Creo que han venido para un tiempo largo, sí".

Nueva enfermedad: Convivir con la Covid-19

"Tendremos que aprender a convivir con la Covid-19 porque la gente acabará infectándose por lo que creo que habrá que hacer PCR universales como ya se hace con el virus de la gripe, otros virus respiratorios y otros coronavirus. Confiemos en que su virulencia disminuya. No sé si se trata de una impresión subjetiva, pero en estas últimas semanas tengo la sensación de que no hemos tenido pacientes con la gravedad de los del principio de la pandemia. Sin embargo, creo que este virus no desaparecerá y habrá que esperar a la vacuna", concluye la internista asegurando que, a nivel sanitario, el coronavirus les ha cambiado la forma de trabajar. "El hecho de que los pacientes no pudieran recibir las visitas de sus familiares nos ha hecho más empáticos, más sensibles, más humanos en el trato a los enfermos", mira el aspecto positivo.