Médicos de familia consultados por este diario alertaron de que la nueva forma de organización -una parte de la plantilla atiende a enfermos con patología respiratoria y otra asiste telefónicamente y cita presencialmente los casos que considera preocupantes- puede provocar una serie de disfunciones ante las que hay que estar alerta.

Así, ya se han dado casos de pacientes que han llamado en repetidas ocasiones y han sido atendidos por profesionales diferentes que no han sido capaces de detectar patologías graves. Un usuario que llamó tres veces refiriendo un intenso dolor de cabeza, acabó ingresado en Son Espases con un derrame cerebral. O el caso de otra paciente a la que, tras ser atendida presencialmente tras su séptima llamada, se le diagnosticó un tumor pulmonar.

"Por eso hemos decidido que si un paciente llama dos veces, es conveniente citarle presencialmente, que no es que sea un pesado. El acto médico se basa sobre todo en la exploración física y en recabar información verbal y no verbal del paciente, de sus gestos, su actitud. Algo que no se percibe por teléfono", argumentaron.

También lamentaron que la asistencia telefónica ocasiona en ocasiones más trabajo al tener que localizar al paciente que ha llamado con una saturación de líneas que les obliga a tener que usar sus propios teléfonos.