Para el Guinness quedará que un 15 de junio de 2020 llegó a Mallorca el turista más fotografiado y grabado de su historia. Fue poco después de las 11.15 de la mañana. Por la puerta D de llegadas de Son Sant Joan, una vez desembarcado del vuelo operado por TUI con número X32312 procedente de Düsseldorf (Alemania), aparecía el señor Carsten, con camiseta blanca y mascarilla con dibujos de estrellas, fue recibido con una expectación mediática propia de una alteza real, una estrella del rock o un deportista de fama planetaria [vea aquí las imágenes de la llegada a Son Sant Joan y a los hoteles].

"¡Qué va! Ni el fichaje de Messi por el Mallorca atraería tantos medios de comunicación. No había visto nada igual", aseguraría minutos antes de la efeméride uno de los vigilantes de seguridad del aeropuerto que controlaba el acceso. Se decía a sí mismo la cifra constantemente como para intentar creérsela: "¡Hay 200 periodistas acreditados!".

Llegan a Mallorca los primeros turistas alemanes postcoronavirus

Llegan a Mallorca los primeros turistas alemanes postcoronavirus

Después de que, en un momento histórico, el señor Carsten afirmara: "Había un gran ambiente en el avión, todos estamos muy contentos de estar aquí", fue apareciendo el resto de los 189 pasajeros de nacionalidad alemana del vuelo X32312, los primeros turistas que visitan la isla en 92 días, como remarcó el responsable de TUI para la península y Balears, Ian Livesey. Livesey explicó que "siempre ha habido una conexión especial entre Alemania y Mallorca", y, en línea con los corsés sanitarios que impone la crisis del coronavirus, enfatizó que el plan piloto que arrancó ayer pone en práctica todos los protocolos de seguridad que marcan las administraciones.

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Llegan a Mallorca los primeros turistas alemanes postcoronavirus

Corrillos desorganizados

En el interior de Son Sant Joan, seguían saliendo los turistas alemanes, todos con sonrisa en la cara pese al agobio mediático. Los periodistas les lanzaban preguntas. Primero, a lo lejos, desde detrás de los cordones de seguridad. Y, después, ante los problemas de comunicación de hablar con mascarillas en un idioma que no es el tuyo, agolpándose sobre los pasajeros. La Policía, mientras, intentaba poner orden, sin que hubiese la más mínima directriz por parte de los responsables de comunicación de los organismos que promueven el plan piloto.

Ante los focos, algunos de los turistas se vinieron arriba. "Me gusta España, ¡viva España!", proclamó Johannes, melena, camiseta blanca y americana negra. Él es un asiduo de Mallorca y le gusta Cala Major y el Port d'Andratx. Johannes, uno de los más requeridos de la jornada mediática por su locuacidad, apuntó una idea que expresaron también otros de sus compatriotas: creen que Mallorca es un destino seguro, "como Alemania". "No como Brasil o Inglaterra, que están peor", dijo.

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Un matrimonio joven lo refrendaba con una declaración -"Creemos en este proyecto piloto"- y un gesto: el marido le tocó la barriga a su mujer embarazada. Por lo que contaron los turistas en los múltiples corrillos con los periodistas que se formaron en la terminal de llegadas, les habían tomado la temperatura y les habían hecho rellenar sus datos de contacto para tenerlos localizados. "¿Y tests? ¿Se los han tenido que hacer?", se les preguntaba a todos. La misma respuesta: "No".

En la explanada que había a la salida, los autobuses esperaban ese primer contigente de la esperanza para el sector turística de la isla. Sonaron los cláxons para recibirlos. En uno de esos autobuses se montó la pareja formada por Thomas y Antonia Tobor, originarios de Bonn. Su destino: el hotel Riu Concordia, uno de los tres hoteles de la Playa de Palma que participa en la prueba piloto, junto con dos de Alcúdia.

A Thomas le encantó el detalle de una toalla que le regalaron en el autocar. "Mira qué toalla, ¡qué toalla!, ¡qué calidad!", decía, muy contento, a la salida del hotel después de dejar las cosas en la habitación. "La última vez que estuvimos en Mallorca disfrutamos de sus bonitos pueblos y de su costa. Estos días contrataremos un coche de alquiler y visitaremos la costa desde Andratx al Port de Sóller, sin olvidarnos de es Trenc", manifestó. Thomas y Antonia salieron del hotel, entonces. Y fueron directos a la playa. Extendieron su gran toalla azul de 'Illes Balears', después de, por supuesto, someterse a la correspondiente sesión fotográfica con los medios. Y se pegaron un baño en una playa kilométrica casi desierta [vea aquí las imágenes].

Si hubiesen seguido andando hasta la celebérrima Calle del Jamón, desierta también, les hubiesen cantado una canción. Allí, en la acera, estaba el conocido cantante Peter Wackel, que vive a caballo entre Llucmajor y Baviera. Wackel tiene temas como Deutschlaaand Deutschlaaand y I love Mallorca. Se definió como "embajador" de la marca Palma Beach para dar la bienvenida con una canción a sus compatriotas. "Quiero darles las gracias por venir. A todos los alemanes les digo: 'Por favor, ¡venid!". A pocos metros de él, estaba Bartomeu Mestres, del Bar San Siro. Decía que claro que está bien que se promueva que vengan de nuevo turistas alemanes, pero que echa en falta que alguna administración se haya preocupado previamente por el mantenimiento de la Calle del Jamón, llena de hierbajos.

Así ha sido la llegada de los primeros turistas alemanes a Palma tras el coronavirus

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