Los hoteleros de la Platja de Palma consideran "muy positivo" el plan piloto que se prolongará durante las próximas dos semanas y que supondrá la llegada de algo más de diez mil turistas germanos para empezar a revitalizar la zona en un contexto controlado. Sin embargo, todo es incertidumbre más allá del 1 de julio, cuando previsiblemente el archipiélago se abrirá a todo el turismo.

"Es pronto para saber cuántos hoteles abrirán. Cada cual hará lo que le convenga en función de las reservas que vayan formalizándose", valoró Isabel Vidal, presidenta de la Asociación hotelera de Platja de Palma. "Ha habido una muy buena respuesta por parte de los turistas que participarán en el plan piloto, pero por ahora tenemos poca información para saber qué porcentaje de ocupación habrá en temporada alta", subrayó Vidal.

Del mismo modo, esta hotelera consideró que la reapertura de la oferta complementaria en la zona (bares, restaurantes, supermercados y souvenirs), irá abriendo de manera "gradual" y en función de la cantidad de turistas que elijan la zona para pasar sus vacaciones.

Pedro Marín, gerente de la marca Palma Beach, prevé a partir de mañana que "cada tres días abrirá un establecimiento" de oferta complementaria en la zona. "Riu contactó con nosotros para ver si podíamos ir abriendo paulatinamente. Se está haciendo un esfuerzo con locales de restauración, y también hemos hablado con chárters náuticos, hemos pedido sombrillas, tumbonas... Pero ahora mismo hay mucha incertidumbre", destacó.

Marín considera que no será hasta septiembre cuando los turistas recuperen toda la confianza para viajar. "Va a ser un verano muy complicado para hoteles pequeños y familiares. Las grandes cadenas sí abrirán, pero solo un número de hoteles que les permita mantener una ocupación decente", señaló el gerente de Palma Beach.

"Ahora es una buena oportunidad para incidir en el cambio de modelo turístico y apostar por la calidad", concluyó.