En plena pandemia por la covid-19 todos los ancianos de las residencias de Mallorca fueron objeto de una "clasificación con colores" para determinar su deterioro cognitivo y funcional, así como decidir su futuro sanitario en el caso de dar positivo. Esta discriminación la ordenó la conselleria de Salud sin hacerlo público, y se plasmó en centenares de listados en forma de semáforo ("rojo, naranja y verde"). Según el color, diferente atención.

A los ancianos con "enfermedades muy avanzadas" se les señaló en rojo, indicando su traslado a unidades de "cuidados paliativos". El verde, el grupo más escaso, daba vía libre al ingreso hospitalario, incluida la UCI, al tratarse de pacientes con "buena calidad de vida"; el naranja requiere una valoración para derivar al interno bien a un hospital de agudos (Son Espases, Son Llàtzer, Inca y Manacor), bien a uno de atención intermedia (Sant Joan de Déu, La Sang o Caubet).

Esta evaluación se hizo tanto a ancianos sanos como a los asintomáticos y los que presentaban síntomas y/o habían dado positivo en covid; fue en definitiva un cribado generalizado que la Conselleria reconoce haber iniciado "a finales de marzo", en los días más críticos de la pandemia. Entonces, el alud creciente de casos en residencias y geriátricos baleares alarmaba con saturar los hospitales y especialmente las unidades de cuidados intensivos (UCI). En Balears han fallecido 89 internos en residencias, el 39,3% del total de muertos por coronavirus en la Comunidad. El descontrol en algunas residencias obligó a Salud a intervenir el 10 de abril dos de ellas, Oasis y DomusVi Palma, para contener los contagios y garantizar la atención adecuada a los usuarios. Solo en la primera había 71 residentes contagiados de los 106 internos.

La clasificación por colores ordenada por la conselleria de Salud consistió en la realización de varios tests para determinar el deterioro cognitivo y funcional de los residentes, entre ellos el índice de Barthel, que determina el grado de dependencia del sujeto.

El objetivo era "conocer la situación de cada residencia", para decidir la "derivación al recurso sanitario más adecuado" para ancianos infectados por coronavirus. Así consta en documentos internos de Salud, que ha visto y comprobado este diario. Preguntada al respecto, la Conselleria niega rotundamente que se tratara de un freno al ingreso hospitalario para los mayores con covid de Balears -como el destapado en Madrid y otras regiones-, y justifica esta clasificación exclusivamente en aras a agilizar la respuesta sanitaria.

Angélica Miguélez, subdirectora de Atención a la Cronicidad, Coordinación sociosanitaria y Enfermedades poco frecuentes del IB-Salut, asume la autoría de este cribado masivo - "fue una propuesta mía"-, que ha generado algunas críticas de familiares, pero lo defiende: "Es una valoración completa, que te permite de manera rápida saber lo que tienes que hacer con cada paciente y a qué recurso lo tienes que llevar". Sobre el uso de colores, recalca que "es un método similar al que utiliza el 061 cuando hay una gran catástrofe".

Miguélez explica que la clasificación se hizo "en todas" las residencias -que acogen a unas 5.000 personas según datos del Govern- a cargo de "sus propios médicos o enfermeras", o bien de otros profesionales del IB-Salut. La subdirectora sostiene que la medida "ya estaba prevista dentro del plan de cronicidad" autonómico, aunque no se inició hasta que estalló la crisis sanitaria por la covid.

Descartados de las UCI

Miguélez defiende vehementemente que los ancianos clasificados con el color rojo no fueran a la UCI: "Una persona con edad muy avanzada, con cinco enfermedades crónicas, un deterioro cognitivo gravísimo... creo que intubarla es el peor castigo que se le puede dar; yo no lo querría para mi madre. No nos lo planteamos, nadie se lo plantea, no tiene ningún sentido llevarlo a una UCI, pero no solo si tiene covid, también en el resto de enfermedades".

Miguélez -que ha jugado un papel muy activo en esta pandemia por su gestión de las residencias- añade que se "pidió un plan de continencia", e insiste en que ha ayudado mucho el que "todos los pacientes estén clasificados".

Cabe recalcar que ni Salud ni el Consell de Mallorca -responsable de las residencias- han informado públicamente de esta clasificación tricolor, su finalidad ni su resultado, resaltando por contra su labor para frenar la propagación del virus.