"Un día el viento sopla de un lado y al día siguiente sopla del otro", resume Miquel Àngel Pons, director del colegio Huialfàs de sa Pobla. Es su conclusión tras escuchar las declaraciones de Martí March el jueves y las de Francina Armengol el domingo.
Ellos ya el viernes se pusieron a llamar familia por familia para explicarles las novedades y ofrecerles el servicio de las tutorías y las sesiones de refuerzo. Hacen turnos por días y horas según el curso: un grupo va de 9 a 10h; otro de 10 a 11h...
Para ellos era muy importante sobre todo que los alumnos pudieran reencontrarse, especialmente los de 6º: es su último año en el centro, se han quedado sin viaje de estudios y si no había vuelta presencial no tenían opción de despedirse de los compañeros y de la escuela.
"Sobre todo hablamos, pero también vamos viendo cosas de Sociales, Naturales...", cuenta Pons, que está satisfecho con la experiencia de las tutorías de 6º de las últimas dos semanas (y con la concienciación de los niños con las medidas de seguridad: todos traen su propia mascarilla) y con la respuesta de docentes y familias.
De momento tienen 27 tutorías planificadas. La semana que viene tenían previsto realizar las sesiones de evaluación, para las han pospuesto: es la última semana de curso y priorizan la atención presencial a los niños. Con los de Infantil empezarán de momento con solo un día de atención, a ver cómo va. Igual que a principio de curso, después de tanto tiempo en casa es probable que los niños más pequeños necesiten un tiempo de adaptación.
"Como todos, lo gestionamos de la mejor manera posible", indicaba ayer, "lo que está claro que en un centro pequeño como el nuestro, con 200 estudiantes alumnos, es más fácil que en uno grande".
En esas está Andreu Mir, director del colegio Sant Pere de Palma, con más de 1.600 estudiantes, de Infantil a Bachillerato, que ayer pensaba cómo se supone que tendría que organizarse si todas las familias demandaran acudir a las tutorías y sesiones de refuerzo toda la mañana.
Desde Inspección, la directriz que se le confirmó ayer es la que está en la resolución: que alumnos que estén en situación de vulnerabilidad pueden solicitar tutorías y actividades de refuerzo puntuales. Esto no es abrir de 9 a 13 horas el centro para todos.
Cree que la comunicación ha sido "algo confusa". Tiene tres o cuatro mails de familias que ya han pedido que su hijo acuda toda la mañana ya que ambos progenitores tienen que trabajar (acompañaban la petición con la noticia de la rueda de prensa de Armengol del domingo) y entiende que "habrá que atenderlos".
También tienen algunas peticiones para un repaso puntual de alguna materia. De momento, como en la mayoría de centros, la demanda es testimonial. Ellos han llamado a alumnos que han estado desconectados durante el confinamiento o aquellos que ya saben que tienen una situación complicada en casa: "Nos preocupa la parte emocional".
Harán turnos con los profesores (a los que hay que avisar con 24 horas de antelación), aunque en Secundaria (que los profesores son especialistas) es más complicado.
En colegios como el de Es Molinar los niños podrán ir con cita por turnos según el nivel y un máximo de una hora y media diaria (los de Infantil a primera hora; los de los últimos cursos a mediodía...) En el Gabriel Vallseca, también de Palma, han hecho turnos por días: Infantil los viernes; 6º y 4º los martes.. De 460 alumnos, solo 55 han pedido de momento acudir.
En definitiva, como dice Miquel Àngel Pons, "cada centro lo hará como considere o como pueda", aunque, señala, "todos los niños deberían tener los mismos derechos".
