El 30% de los restaurantes de Mallorca no tienen previsto abrir este verano su negocio por la crisis derivada de la pandemia y, sobre todo, por la falta de ayudas públicas. Así se anunció ayer en una rueda de prensa que celebró la Asociación de bares, cafeterías y restaurantes, representados en CAEB. El presidente de esta asociación, Alfonso Robledo, consideró que la entrada en vigor de la fase 3 era muy positivo para el sector, "porque nos permite ampliar el espacio y, sobre todo, abrir el flujo de personas entre islas y mover la economía".

En este mismo sentido, el vicepresidente de este sector empresarial, Juan Miguel Ferrer, añadió que lo "mejor de la fase 3 es que las competencias van a estar en manos del Govern balear, lo cual es muy positivo, ya que han demostrado estar muy alineados con nosotros y entienden perfectamente cuáles son las necesidades que tenemos para poder arrancar".

Ferrer se mostró muy preocupado por lo que representan la suspensión de empleos a través de ERTE, sobre todo en cuanto a su flexibilidad y continuidad. El vicepresidente señaló que existe una gran preocupación por el futuro que tendrán estos trabajadores. El vicepresidente explicó también que la situación es diferente para los negocios de Palma, que de otros municipios. "En Palma. Criticó que el Ayuntamiento "nos ha dado la espalda completamente, ya que, sigue cobrando impuestos municipales como la recogida de basuras y la incineradora, a pesar de que los negocios han tenido que cerrar". Ferrer reconoció que "es cierto que el impuesto de terrazas ha quedado suspendido hasta diciembre pero esta situación, no es suficiente". Y comparó el trato que ha recibido el sector en Palma que en otros municipios. "Otros ayuntamientos han hecho todo lo que podían hacer para ayudar al sector". Ferrer dedicó duras críticas a la actitud mostrada por Cort y afirmó que "ya está bien de estar suplicando a los políticos, ya está bien de suplicar medidas de subsistencia".

Portitxol

Los propietarios de los restaurantes del Portitxol explicaron ayer que llevan dos semanas con los negocios abiertos y que ya han recuperado a 200 trabajadores, que permanecieron sin empleo durante el confinamiento. Sin embargo, de momento poner en marcha el negocio "no nos está compensando".

Jordi César, delegado de Restauración CAEB de esta zona, explicó que "nos sentimos asfixiados, completamente ahogados", ya que "no solo no nos dejan ampliar las terrazas para que podamos contar con más clientes, sino que además nos han cortado el tráfico". Explicó el perjuicio que está ocasionando esta decisión, dado que "mucha gente que antes venía, ante las dificultades para poder acceder al Portitxol, ahora ya ni se acercan hasta aquí", insistió Juan César.