Cumpliendo las tres M, con mascarillas, un metro mínimo de distancia y las manos lavadas, los representantes políticos de todas las instituciones del archipiélago se sumaron al resto del Estado y guardaron un minuto de silencio ayer al mediodía con motivo del final del luto oficial de diez días decretado para homenajear a las víctimas del coronavirus, el más largo de la democracia.

En Mallorca lo hicieron tanto el Govern como los ayuntamientos y la delegación del Gobierno en Balears. Su máxima responsable, Aina Calvo, hizo especial referencia a "las personas mayores que han perdido la vida, los colectivos más vulnerables que se han visto más golpeados por la pandemia". Añadió que, pese a que se ponga fin a este luto, "no quiere decir que no mantengamos a los fallecidos siempre presentes en nuestra memoria, a las víctimas y a las familias que desafortunadamente no han podido en muchos casos despedirse de ellas".

La exalcaldesa de Palma puso de relieve que "toda esta situación tiene que hacernos recordar que debemos seguir manteniéndonos en alerta, que no se ha acabado. Aún hay personas que mueren cada día, si bien la cifra de fallecidos ha disminuido y eso es una buena noticia. Sin embargo, una única muerte sigue siendo una mala noticia", incidió.

Por ello, pidió prudencia a la ciudadanía: "Necesitamos cuidarnos, protegernos y cualquier ocasión es buena para recordar que tenemos que mantener las medidas de seguridad y sanitarias, mantener la distancia social, lavarnos mucho las manos y procurar ser muy respetuosos con la distancia social. Es importante que nos activemos y que lo hagamos en condiciones y lo hagamos bien", resumió.

Calvo estuvo acompañada por el comandante general de Baleares, Fernando García Blázquez; el jefe de la Guardia Civil, Alejandro Hernández; el comisario provincial de la Policía Nacional, José Antonio Puebla; y el secretario general de la Delegación del Gobierno, Ramon Morey.