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Análisis

Armengol mete a March en cintura

Después de resistirse mucho, Francina Armengol tuvo que obedecer y clausuró los centros educativos el 16 de marzo; el 25 de mayo los quería otra vez abiertos, pero su conseller de Educación claudicó ante la potente presión sindical. Como resultado se ha resentido su sintonía personal con la presidenta.

El retorno de los funcionarios al trabajo presencial ha traído cola dentro del Govern, provocando choques entre consellers. La negativa del profesor Martí March a que los de Educación regresaran a las aulas ha generado tensos debates dentro y fuera del Consolat, con Més celebrando haber regalado la Conselleria al PSOE:

-Martí, ya sabemos que el tuyo es un sector muy difícil, pero todo el mundo está tirando del carro ¿Cómo le podemos decir a un transportista o a los que trabajan en los supermercados que tienen que currar de sol a sol todo el confinamiento, y buscarse quien les cuide a sus hijos?

-Vosotros no sabéis cómo las gastan los sindicatos, te dicen que no a todo. Además, los profesores están trabajando mucho desde casa, diría incluso que más que en clase.

La tibieza de March le ha restado crédito y apoyos. El propio Defensor del Menor, Serafín Carballo, confesó ayer en el Parlament sentirse "personalmente decepcionado" por la "respuesta del mundo sindical". Acorralado por Armengol -harta de que su entorno y la calle le recriminen el cierre de las escuelas hasta septiembre-, el conseller tuvo que dar ayer un giro a su política, indignando a las organizaciones sindicales mayoritarias, que ignoraban el plan. Y eso que finalmente no se ha atrevido a imponerles clases de refuerzo las dos primeras semanas de julio. Antes dimite.

Cuando el militar José Ramón Bauzá inició su cruzada contra los docentes, los mallorquines -y no solo los progresistas- estuvieron a la altura; ahora que la crisis es brutal y colectiva, no está claro que el profesorado les haya correspondido por igual. Del suspenso general se salvan muchísimos maestros íntegros, coherentes e implicados -he ahí al manacorí Antoni Riera como exponente de un amplio sector-, que tienen claro el sagrado derecho del menor a la Educación. Y que en la escuela no solo se enseña: También se socializa y se concilia, en beneficio de todos.

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