Bernardo García de la Villa, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Manacor, ingresó en ese mismo centro el 16 de marzo, al dar positivo por COVID-19. Después, debido al empeoramiento de su estado de salud, fue trasladado a la UCI del Hospital de Son Espases. En total, ha permanecido en una unidad de cuidados intensivos 74 días. El pasado martes, 2 de junio, fue trasladado a planta entre aplausos de sus familiares y amigos.

Coronavirus en Mallorca: El Dr. Bernardo García recibe aplausos al superar la enfermedad

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P Ha pasado 74 días en una UCI. Los diez primeros en la del Hospital de Manacor y los 64 restantes en la UCI del ManacorHospital de Son Espases

R Recuerdo una mujer que me dijo que estaba en la UCI de Son Espases, y que estaban muy contentos de verme abrir los ojos después de más de un mes dormido. A partir de ahí, hubo bastantes días en los que estuve muy confuso, medio sedado y sin entender bien lo que pasaba, ni retener la información que se me daba. Hasta principios de mayo, que ya estaba más tiempo despierto, no me centré del todo.

P ¿Pudo ver a su familia mientras estuvo en la UCI?

R Al estar aislado por el COVID tenía restringidas las visitas y solo podían verme desde la puerta de mi habitación de la unidad de cuidados intensivos o bien a través de videollamadas con una tablet que nos facilitaba el hospital.

P Finalmente, el pasado martes, 2 de junio, le trasladaron a planta. ¿Cómo vivió ese momento?

R Fue muy emotivo. En la salida de la UCI me esperaba una sorpresa. Había un montón de familiares y amistades, me hicieron un pasillo y me aplaudieron. Fue muy bonito.

P Y ahora, ¿sabe cómo será su evolución?

R Estaré unos cuantos días en planta, el tiempo que me quede dependerá del servicio de Neumología, donde me harán alguna espirometría para valorar mi situación funcional y cómo han quedado los pulmones después de la neumonía provocada por el coronavirus. Espero que la evolución sea satisfactoria y pronto poder estar en casa.

P ¿Recuerda los primeros síntomas que tuvo?

R Primero apareció la fiebre, que en algún momento llegó a 39.1 grados y que respondía a antitérmicos. El segundo día se añadió tos y algo de diarrea, y pronto me hicieron la prueba PCR que mostró positividad para el COVID-19. Intenté manejar inicialmente los síntomas desde casa, ya que el estado general era bueno. Pero al autoauscultarme el jueves 19 de marzo, aparecieron unos crepitantes que no tenía al principio. Enseguida acudí al Hospital de Manacor donde, tras realizarme una radiografía y una analítica, me ingresaron.

P Cuando le informaron de que tenía que ingresar en la UCI, ¿qué pensó?

R Pensé que me tendrían que intubar en breve, y así fue. Por este motivo avisé a mis familiares enseguida, para informarles de la mala evolución y despedirme, ya que una vez intubado, como es evidente, no podría contestar ninguno de sus mensajes ni tampoco sus llamadas.

P ¿Sabe cómo se infectó?

R La verdad es que no tengo nada claro, ni cómo ni cuándo me infecté. Imagino, o calculo, que sería una semana o diez días antes de ingresar en el hospital. Vi a bastantes pacientes, pero no tengo nada claro de dónde vino el contagio.

P Sus compañeros del Hospital de Manacor le echan mucho de menos. ¿Sabe cuándo podrá reincorporarse?

R A mí me gustaría volver cuanto antes, pero me queda una fase de rehabilitación para fortalecer los músculos. Y sospecho que recuperarme me va a llevar, por lo menos, unos meses.

P ¿Qué le diría a la población sobre el coronavirus?

R Pediría a todo el mundo que se cuide, y que respete las medidas higiénicas y de distanciamiento social, al menos hasta que se consiga una vacuna eficaz. Las consecuencias y severidad de la infección por COVID-19 son muy impredecibles y, aunque parece estar claro que afecta más a ancianos y pacientes con enfermedades crónicas, todos estamos expuestos a enfermar gravemente por este virus.

El equipo de Cardiología de García de la Villa le espera "impaciente"

"Huérfanos de padre". Así se han quedado los integrantes del equipo del servicio de Cardiología del Hospital de Manacor que dirigía Bernardo García de la Villa hasta que tuvo que ser ingresado por coronavirus.

Para su jefe solo tienen buenas palabras, y lo describen como alguien cercano y divertido a quien esperan "impacientes".