El salami es un popular embutido de origen italiano, que se caracteriza por elaborarse con una mezcla de carne de vacuno y porcino previamente sazonada. Es un embutido cárnico, que no lleva ningún tipo de vegetal, y que cuenta con unas características y un sabor muy determinado.

A pesar de que cuando se menciona la palabra salami se sabe que se refiere a un embutido con una mezcla de carnes, una empresa de Balears quiso aprovecharse de esta denominación para comercializar un producto vegetal. Presentaba como salami un embutido fabricado con vegetales y no con carnes, una política comercial que le ha supuesto una sanción económica. La conselleria de Agricultura del Govern abrió un expediente, que concluyó con una propuesta de sanción de 3.000 euros por intentar engañar al cliente al ofrecerle como salami un embutido que no tenía carne. La empresa se defendió diciendo que no existía intención de engañar al consumidor y por esta razón acudió a los tribunales para intentar anular la sanción económica.

Sin embargo, el juez Alejandro González Mariscal de Gante, del juzgado de lo contencioso de Palma, lo tiene muy claro: no se puede comercializar como salami un producto que no tiene carne y que solo está compuesto por una mezcla de vegetales. Y bajo este criterio el magistrado confirma la sanción económica y da la razón a la conselleria de Agricultura al imponer esta multa a esta empresa de alimentación.

El juez recuerda que hay productos tradicionales que tienen consagrado su nombre, para diferenciarlos de otros alimentos. El salami es un claro ejemplo de ello. Se trata de una mezcla de carnes, añadiendo tocino, embutido y curado, y que en algunos casos se ahúma. Tiene una forma alargada y su aspecto externo es más o menos liso. Su olor, pero sobre todo su sabor, es inconfundible. En definitiva, es un producto que no se compone por ningún vegetal, solo cuenta con carne.

Según el magistrado, existen normas que sancionan las conductas de las empresas que se aprovechan del término de uso social de un embutido, como por ejemplo el salami, para comercializar un producto que no tiene estas características. Y si se emplean estos términos para dar a conocer este producto está más que justificada la sanción económica que impone la administración. Y de ninguna forma se puede justificar que el comerciante desconozca esta normativa a la hora de comercializar su producto. La sentencia no se puede recurrir.