El Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (Cofib) recogió 1.736 polluelos encontrados por ciudadanos en 2019, la mayoría vencejos, gorriones y mirlos, así como 14 ejemplares de especies catalogadas como la pardela cenicienta, la pardela balear y el águila pescadora.

En cuanto a los mamíferos, ingresaron 94 crías en el Cofib, la mayoría erizos, informó la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio, con motivo del inicio de la época en la que tradicionalmente se encuentran más polluelos caídos de los nidos al suelo y también crías de otras especies.

En lo que va de año, ya han ingresado 141 polluelos por diferentes causas en el Cofib. Las especies más frecuentes en esta época del año son el mirlo, el gorrión y el búho chico.

La mayoría de incidencias de este tipo se concentran en esta época del año, la de nidifación y cría, por lo que el Cofib recomienda a la ciudadanía atenderlas en caso de encontrar un polluelo o una cría en el suelo que necesite ayuda, con la intención de que sobreviva el máximo número de ejemplares posibles y evitar desplazamientos innecesarios.

El Cofib explicó que, lo primero que hay que hacer, es observar el ejemplar: si el animal presenta signos claros de estar herido o es una cría de mamífero hay que llamar al Cofib (607 55 40 55).

Si no hay síntomas de herida, pero el animal necesita ayuda, hay que tratar de averiguar qué edad tiene y observar su comportamiento sin manipularlo. Determinar la edad es posible atendiendo a si ya tiene los ojos abiertos, si ha empezado a sacar plumas, en qué zonas y de qué color son, cómo se mueve y el tamaño de la cola.

En cuanto al comportamiento, se puede extraer información viendo si tiene el pico abierto, si vocaliza o si está activo. En caso de dudas se puede contactar con el Cofib.

En caso de visualizar el nido o los adultos cerca, lo mejor que se puede hacer es dejar el polluelo en un lugar más seguro y elevado pero cercano al punto de encuentro, como máximo a veinte metros de distancia. De este modo, se facilita que los progenitores sean los que se encarguen de él.

Si pasadas unas dos horas, los padres no han acudido al rescate o no se ve un nido cerca, lo mejor es mantenerlo en una caja de papel (nunca una jaula), con papel de cocina a su alrededor para evitar que las plumas se estropeen, y con pequeños agujeros de ventilación.

Además, hay que mantenerlo a una temperatura de 39 grados colocando cerca botellas de agua caliente, una manta o luz.

Para cogerlo se deben emplear guantes gruesos o toalla. Hay que manipularlo el menor tiempo posible.

Durante este tiempo no se debe alimentar al animal con leche, pan, galletas ni productos elaborados. Tratándose de una dieta de urgencia, los pájaros granívoros pueden ser alimentados con papillas sin azúcar; y los insectívoros, con pienso de gato con un alto nivel de proteína.

Los generalistas pueden comer proteína (pienso, gusanos, grillos) y para las rapaces, lo mejor es carne sin huesos.

Durante el proceso de alimentación no hay que ensuciar las plumas ya que puede no recuperar nunca el vuelo. Además, hay que tener cuidado de no herir los huesos de la mandíbula y en caso de emplear jeringa, no introducirla para evitar problemas en la tráquea.