El barrio de Son Gotleu amaneció ayer con una relativa normalidad, apenas unas horas más tarde de conocerse la noticia de que el dueño de un locutorio, ubicado en la bulliciosa calle Indalecio Prieto, había dado positivo por coronaviruspositivo por coronavirus pocos días atrás junto a diez miembros más de su familia, todos ellos de origen pakistaní, con los que convivía en el barrio de Es Rafal.

Bares abiertos con terrazas llenas en las que apenas se mantenía la distancia de seguridad, gente paseando para disfrutar del buen día y transeúntes realizando sus habituales compras en los negocios que estaban abiertos. El locutorio del afectado, precintado el pasado viernes por la tarde, se entremezcla junto a otros establecimientos que no abrieron sus puertas. Se hace extraño no ver ningún cartel ni información que avise de que el local ha sido cerrado al detectarse que el dueño había dado positivo por Covid-19.

La falta de preocupación ante un posible contagio es la nota predominante, aunque algunos vecinos reclaman más control por parte de las autoridades sanitarias. "Estamos muy preocupados. Espero que vengan pronto y hagan test a todos, porque hay muchos clientes por esta zona y es fácil que pueda haber un contagio", reconoce Xavier, que trabaja en un establecimiento de alimentación.

A pesar de parecer un día como otro cualquiera en el barrio, la noticia del brote no dejó de circular, si bien apenas levantó preocupación. A algunos incluso les sorprendió encontrar cerrada la tienda. "Nos acabamos de enterar ahora por vosotros. Veníamos a recargar la tarjeta del móvil, no sabíamos nada", reconocieron sorprendidos una pareja de amigos. Un vecino de la zona explica que conoce a la familia desde hace tiempo y que habló con el afectado hace apenas tres días. "Estaba genial, no tenía síntomas de nada", relata. Como otros, afirmó no estar preocupado acerca de un posible contagio ya que "había muy pocos clientes estos días".

La curiosidad también condujo a vecinos a acercarse a ver el local. "Me he enterado esta mañana (por ayer) y he venido. No estoy muy preocupado por un contagio, trabajo en una residencia de mayores", ironizó. La vida continúa igual en Son Gotleu, que aguarda con calma no tener que lamentar más contagios.