P ¿Ha sido el Gobierno central justo impidiendo al conjunto del archipiélago pasar a la fase 3 este lunes

R Todos tenemos una serie de indicadores que nos permiten valorar la situación y, en cierta manera, es lógico que el ministerio de Sanidad busque en esta desescalada la mayor equidad posible para todos los territorios. Aunque nosotros considerábamos que con la situación epidemiológica que tenemos podíamos avanzar ya de fase.

P ¿Por qué estaban tan interesados en pasar antes a la fase 3?

R El principal de los motivos era para que pudieran reanudarse los movimientos interislas, comenzar el turismo entre islas para empezar a reactivar la economía e irnos preparando para recibir más tarde a los turistas extranjeros. Queríamos hacer una especie de pilotaje turístico con los ciudadanos de Balears.

P ¿Por eso plantearon un pase a la fase 3 sin apertura de bares y discotecas? Esa exclusión ha sentado muy mal al sector...

R Sí, pero al fin y al cabo la diferencia entre la fase 2 y 3 se limita a una ampliación del aforo de las personas que pueden acceder a los locales. Y hemos visto cómo se han producido rebrotes de la enfermedad en lugares donde se habían concentrado muchas personas. Se nos hace difícil entender cómo se puede mantener la distancia de seguridad en estos establecimientos pese a las propuestas del sector. Además, creo que en Corea del Sur se produjo un brote en un local de ocio nocturno.

P ¿Cómo calificaría la gestión sanitaria de esta pandemia? Póngase nota.

R La nota la tienen que poner los ciudadanos, yo sería completamente incapaz de hacerlo. Se han tomado muchísimas decisiones, algunas más acertadas, esperemos que la mayoría, y otras no tanto. ¿Qué factores han influido en la positiva evolución de Balears? Creo que en primer lugar señalaría la actitud ejemplar de sus ciudadanos durante el confinamiento, actitud que ha evitado que tengamos más contagios. También nos enseñó mucho tener uno de los primeros casos del país (el segundo, el paciente inglés residente en Calvià que se contagió en una estación de esquí francesa) con el que aprendimos a buscar contactos estrechos en un momento en que había muy pocos contagios y ya nos permitió diseñar un proyecto distinto al que han hecho otras comunidades autónomas.

P ¿Qué han hecho diferente?

R Eliminamos los cupos de pacientes a los médicos de Atención Primaria, incrementamos las consultas telefónicas y telemáticas, creamos circuitos diferenciados para pacientes Covid-19 y para el resto...

P ¿En qué aspectos cree que se han hecho mejor las cosas aquí?

R Creo que la actuación de los servicios de emergencias sanitarias del 061 en el comienzo de la pandemia, con el control de casos y de contactos estrechos, fue brillante. También resaltaría el trabajo de contención de la pandemia llevado a cabo por Atención Primaria con especial mención a la labor de triaje (selección) de casos desarrollado por las enfermeras en los centros de salud. Y asimismo me gustaría resaltar el ofrecimiento para trabajar como voluntarios de muchos sanitarios al inicio de la crisis.

P ¿Temió que en algún momento se pudieran colapsar los hospitales públicos?

R Aunque ha habido diferentes situaciones en cada isla, en los picos máximos hemos tenido una ocupación de las UCI de en torno al 70% o 75%.

P ¿Qué puntos negros ha tenido su gestión? ¿Qué cambiaría echando la vista atrás?

R Me hubiese gustado saber más de la enfermedad. Al principio pensábamos que los contagiados no podían infectar a otras personas sin síntomas y por eso los equipos de protección se reservaron para los sanitarios que tenían un contacto más estrecho con los afectados por el virus.

P ¿Es esta la causa del elevado número de contagios entre los sanitarios? ¿Considera que este colectivo ha estado bien protegido?

R Cada profesional sanitario que se ha infectado lo percibo como un fracaso personal. Y es cierto que se han contagiado muchos, pero también lo es que es el grupo de más riesgo y al que más pruebas de detección del virus se le han hecho. Pero me gustaría ir más allá con las medidas de protección de los sanitarios, ir más allá de lo que se ha hecho. En ese sentido ya hemos adquirido material de protección de reserva para cuatro meses.

P ¿Qué tienen?

R Sobre todo mascarillas y monos. Pantallas, gafas de protección... Hemos tenido algún problema con los guantes porque se ha producido un desabastecimiento de caucho sintético.

P ¿Lo han adquirido todo en China?

R Hasta el momento sí pero hicimos junto a Industria una convocatoria para que empresas locales pasaran a fabricar esos elementos de protección con más calidad y favorecer de paso una reconversión de algunas empresas de Balears. ¡Y se presentaron cerca de cuarenta empresas! A nosotros nos encantaría adquirir aquí esos productos, que además se fabricarían con mayor calidad, y dejar de depender de China. Pero, de momento, seguiremos dependiendo de sus fábricas.

P ¿Qué opinión le merece la intervención de un reconocido abogado socialista, Jose María Lafuente

R La situación era muy difícil. Había que conseguir ese material y sufrimos mucho cuando los proveedores nacionales nos comunicaron que a partir de ese momento no nos lo iban a poder suministrar o lo iban a hacer en pequeñas cantidades. Había que conseguirlo como fuera, respetando la ley claro está, y se ofrecieron muchas personas para actuar como intermediarios y se estudió cada una de las ofertas. He pedido una relación de todos los que se ofrecieron para saber por qué se ofreció a unos y no a otros. Creo que en esta decisión ha regido la velocidad para conseguir el material.

P ¿Qué dificultades entrañaba esta importación de material?

R Algunos no te daban la ficha técnica del producto y la gran mayoría de fabricantes te exigían el pago por adelantado.

P ¿Y se hizo?

R No, no se pagó por adelantado porque se trataba de dinero público con el que hay que ser muy cuidadoso y porque ya conocíamos la experiencia de otras comunidades autónomas que sí lo hicieron y al final no recibieron el cargamento acordado.

P Bien pero, ¿qué le parecen los honorarios de Lafuente

R Creo que responden a un asesoramiento legal por parte de una abogada china de su bufete que se han cuantificado de esta forma. Lo que puedo decir es que la llegada de los envíos en los que han participado nunca han peligrado.

P ¿Ha influido algo la filiación socialista de Lafuente en su contratación como intermediario?

R Absolutamente en nada. Es lo último que haría en un momento así. Además, yo no le conocía de nada.

P Cambiemos de asunto. Tras dos meses y medio de estado de alarma, los estudios afirman que solo el 2,5% de la población balear ha estado en contacto con el virus y se ha hecho inmune a él. ¿No nos coloca este hecho como al principio, vírgenes frente al patógeno?

R Sí, eso es así, pero ahora estamos más cerca de un tratamiento efectivo que nos permita una inmunización colectiva. Porque a pesar de que se decía que era más nocivo para los mayores, el virus ha afectado a todos los grupos de edad. También hemos tenido muertos de treinta años. Es una enfermedad muy seria y ahora estamos mejor porque también han mejorado los tratamientos. Los últimos pacientes ingresan menos en el hospital y están menos tiempo en la UCI.

P ¿Han ideado algún plan para hacer frente a un rebrote en plena temporada turística?

R Sí. Estamos analizando cuál ha sido la incidencia del virus en los países de nuestro entorno. Así, si en algunas regiones de Alemania están mejor que nosotros, en el Reino Unido o Rusia están peor. Además, desconocemos si la apertura al turismo será progresiva o no. Seguiremos manteniendo mil camas hospitalarias reservadas para Covid-19 durante este verano.

P ¿Cómo se actuará con los turistas que se infecten o manifiesten síntomas durante su estancia?

R Tanto ellos como sus contactos estrechos, sus familias si viajan con ellas, tendrán que pasar los catorce días de cuarentena. Para alojarlos estamos buscando apartamentos más que hoteles. U hoteles de pequeñas dimensiones a los que no les resulte rentable abrir.

P ¿Y quién sufragará el gasto?

R Facturaremos la atención sanitaria como hacemos habitualmente. Tanto a los europeos con tarjeta sanitaria como a los extracomunitarios.

P ¿Y quién pagará el alojamiento?

R Eso habrá que verlo

P Vistos los preparativos, contemplan este escenario...

R Pequeños brotes tendremos seguro. Ante un gran brote entre turistas este verano, quizá tendríamos que valorar volver a cerrar la isla. De todas maneras, mantendremos nuestra capacidad asistencial durante el estío.

P ¿Qué le preocupa más, un rebrote en verano o uno en otoño?

R Me preocupa más el verano en el sentido de que nos relajemos con las medidas de seguridad. Y habrá que ver cómo se comporta el virus, si soporta mal el calor. Me preocupa que haya muchos casos en periodo vacacional.

P ¿Han cuantificado el exceso de gasto sanitario que ha provocado esta pandemia?

R A finales del mes de abril ya habíamos gastado entre 40 y 45 millones más. Y esa cifra no contempla las 700 nuevas contrataciones sanitarias que hemos hecho ni las 150 personas que hemos incorporado como rastreadoras en Primaria.

P ¿Qué hubiera hecho que no ha podido hacer por la supeditación a las directrices de Madrid?

R Autorizar los vuelos interislas. Entiendo que Madrid tome decisiones equitativas, pero al final la responsabilidad del brote es de las comunidades autónomas. Y esta es una que vive del turismo.

P ¿Qué prohibición estatal le ha parecido más incongruente?

R La de hacer senderismo es la que más difícil me ha resultado justificar.

P ¿Cómo ha sido la interlocución con Madrid?

R Nunca nos habían escuchado tanto. Tenemos un técnico de referencia para cualquier consulta. Illa (Salvador, el ministro de Sanidad) siempre ha estado disponible, lo mismo que Fernando Simón y Pilar Aparicio (directora general de Salud Pública). Hemos tenido hasta dos Consejos Interterritoriales a la semana y he tenido que presidir algunos de ellos como consellera más antigua por la ausencia de Illa (risas).