Los primeros turistas que lleguen a Mallorca serán sometidos en el aeropuerto a pruebas PCR para comprobar que no son portadores del coronavirus, y deberán permanecer aislados durante seis horas en sus respectivos hoteles hasta tener el resultado de estos análisis. Esa es una de las condiciones contempladas en el plan piloto que el Govern prepara para poder traer a los primeros visitantes alemanes durante las segunda quincena de junio, que ha recibido ya el visto bueno de los ministerios de Turismo y de Transportes, y que sigue pendiente de que el de Trabajo y el de Sanidad otorguen la autorización definitiva, según los datos que desde el Govern se han comenzado a facilitar a las organizaciones sindicales.

Esta experiencia piloto pretende demostrar que es posible permitir la posterior entrada de turistas sin riesgo en las islas a partir del 1 de julio, fecha en la que se quiere iniciar la temporada estival con carácter más generalizado, de ahí la inclusión de pruebas para la detección de la enfermedad en la llegada a las islas.

En el caso de Mallorca, se ha señalado que cuatro establecimientos hoteleros van a colaborar en la atención a estos visitantes desde el 16 al 30 de junio. Dos de ellos están ubicados en la Platja de Palmay se trata del Cristina de la cadena Iberostar y el Playa Park de IberostarRiu, según los planes iniciales, aunque las cadenas afectadas no descartan cambios en este sentido, como decantarse por el Concordia en el caso de Riu, que está planteando no ocupar más del 50% de sus plazas durante este año. A ellos se sumarán otros dos en Alcúdia. Además, se apunta la participación de un establecimiento en Menorca, otro en Eivissa y un tercero más en Formentera.

Unos 5.000 turistas

Los datos aportados por los sindicatos confirman que esta llegada se producirá por grupos traídos por tour operadores, y señalan cifras de visitantes algo más elevadas de las que facilitó el Govern en un primer momento (se habló de cerca de 3.000 a lo largo de esa quincena), al apuntar que podrían recibirse unos 4.000 en Mallorca, 500 en Menorca, otros 500 en Eivissa y 100 en Formentera.

Según las estimaciones de estas organizaciones, eso pondría suponer reactivar de forma directa el empleo de unos 900 trabajadores de las citadas empresas hoteleras, a los que podrían sumarse los de las empresas de transporte encargadas de llevarlos desde los aeropuertos hasta sus alojamientos, más los de la oferta complementaria más próxima a estos hoteles que opte por abrir también.

Sin embargo, UGT y CC OO han pedido que los empleados de los hoteles, de forma voluntaria, puedan someterse a las pruebas PCR y que se adopten todas las medidas de protección necesarias para garantizar su salud.

En este sentido, se lamenta que los representantes de los trabajadores sólo hayan sido informados del plan, pero que no se les haya dejado participar en su elaboración, un reproche que se dirige directamente a la conselleria de Turismo.

Un aspecto a tener en cuenta es que todo lo expuesto forma parte del plan diseñado por el Govern, y que según la información que se ha facilitado a los agentes sociales tiene ya el visto bueno de la ministra de Turismo, Reyes Maroto, y del de Transportes, José Luis Abalos. Pero se apunta que aún está pendiente de ser aceptado por la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, y obtener el beneplácito definitivo del de Sanidad, Salvador Illa, que es el que va a tener la última palabra.

Los ERTE en el plan

La aprobación de Trabajo es fundamental porque este plan piloto contempla un tratamiento especial para los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de fuerza mayor de los hoteles que han aceptado participar en él, de forma que puedan incorporarse a su puesto solo los trabajadores necesarios para estos establecimientos, sin que las empresas participantes se vean perjudicadas al tener que cubrir las cotizaciones del resto de asalariados de su negocio.

Según la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, María Frontera, aclarar de una vez la flexibilidad de esos ERTE para el conjunto de la temporada turística es fundamental, al considerar que no se debe de penalizar a las empresas que deciden recuperar su actividad y reactivar el empleo, y ha defendido el valor que puede tener para las islas el desarrollar la citada prueba piloto para demostrar que Balears es un destino seguro.

Por su parte, la portavoz del Govern, Pilar Costa, ha expresado su confianza en que finalmente el Gobierno central autorice el desarrollo de esta iniciativa, y en que se acepte flexibilizar la aplicación de los ERTE para que las empresas turísticas puedan abrir parcialmente sin verse penalizadas. Los sindicatos de las islas también respaldan esta misma petición ante el ministerio de Trabajo.