—Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Es el presidente del Pi?”

—Todavía no. La discrepancia es buena, pero soy el único candidato porque El Pi tuvo un problema de cohesión tras la salida de Font y necesita salir unido del congreso.

—¿No deberíamos conocerle un poco más?

—Es esencial. En política te conocen por lo que haces, y en eso estoy, haciendo.

—El primer error de El Pi es no llevar el nombre de Mallorca.

—En lo último que pienso en estos momentos es en el nombre del Pi, que es el único partido de Balears. Arranca del mallorquinismo político para llegar a todas las islas.

—Mallorca está tan hundida que admira a Cantabria.

—Admiramos a Teruel, a Galicia, al País Vasco, a Navarra y sobre todo a Canarias.

—Pero aquí nadie vota a los partidos locales.

—La gente ha de entender que un partido como El Pi es imprescindible, o siempre iremos a remolque. Armengol se pliega a los intereses del PSOE en Madrid, y solo se enfada cuando Ana Oramas consigue lo que a ella le niegan.

—Ha perdido un año de su vida reconciliando a Jaume Font y a Josep Melià.

—Jajaja. He aprendido mucho detrás de Font y Melià en estos ocho años, tienen una gran capacidad política.

—¿Cuál de los dos es el culpable de la crisis del Pi?

—Ha pasado lo que ha pasado, pero son los creadores de este proyecto y se dejaron la piel para levantarlo.

—Usted no es Font, nadie puede serlo.

—Jaume ha sido un gran político, yo todavía no he demostrado nada a la sociedad, pero soy Antoni Amengual.

—Usted trabaja en el despacho de Melià.

—Josep y yo somos socios de despacho, sí. Hay una proximidad, pero si puedo encabezar el proyecto es por la equidistancia entre ambos. Siempre he sido Toni y he dicho lo que pensaba. Unas veces se me ha hecho caso y otras, no.

—Font quería ser Revilla, ¿usted aspira a Núñez Feijóo?

—Me conformo con cotas más altas y no tengo referentes concretos, aunque Revilla consigue mucho para Cantabria.

—¿El tándem es Amengual y Lina Pons?

—El tándem es un equipo, con un liderazgo cooperativo de 31 personas. Lina Pons es la portavoz en el Parlament.

—No le veo muy entusiasmado con ella.

—Lina Pons es una figura a descubrir por la sociedad, que se llevará alguna sorpresa política al hacerlo.

—El Pi ha suscrito el Decreto del Pacto contra Mallorca.

—¿Te refieres al Decreto de medidas económicas? El Pi tiende la mano para sumar y ayudar en la crisis económica, una vez que la sanitaria está controlada en nuestra tierra

—Estaría bien eliminar los restos de Unió Mallorquina, pero entonces no quedaría nada del Pi.

—En El Pi hay diferentes sensibilidades. No sé de dónde vienen ni hablo del pasado. En algo nos hemos equivocado quienes nos dedicamos a la política, si desde 1979 no hay un diputado de un partido de aquí.

—¿La caravana de Vox muestra el camino?

—No comment, alto y claro.

—¿Qué aprendió siendo alcalde de Consell?

—Que el ayuntamiento es la institución más cercana en lo bueno y en lo malo, porque has de tomar decisiones que afectan directamente a tus vecinos más próximos.

—De Cañellas a Armengol, depredadores.

—Venimos a hacer una nueva forma de política. No me tengo por un depredador, pero he tenido que tomar decisiones duras. Cuando toca, toca.

—Vamos con el fracaso del Pi en las últimas elecciones.

—En las autonómicas tuvimos un buen resultado, a un mes de unas generales polarizadas y estatalizadas, pero todo es mejorable.

—Usted será el candidato al Parlament.

—No está decidido, la lógica no es la misma en política que en matemáticas.

—Su rival será Cati Cladera, con la cual convive en el Consell.

—Nuestra relación es institucional y correcta, algunos días más caliente y otros más fría.

—Para Sánchez solo hay un archipiélago español.

—El ultraperiférico, nosotros somos las islas adyacentes. Bromeamos, pero tristemente es así, Sánchez está convencidísimo de ello.

—¿Tiene algún cadáver en el armario?

—Me lo guardaría para mí, pero no tengo armarios, soy un tío transparente.

—¿Quién es su mejor consejero?

—Mi mujer, llevamos 21 años casados.