Silencio del Govern. Balears suspende el examen al que concurrió voluntariamente y sintiéndose preparada. Los mallorquines tendrán que esperar una semana más para bañarse en las playas de Menorca o Eivissa. Las conexiones aéreas y marítimas entre islas no se recuperarán. Los centros comerciales tampoco podrán aumentar el aforo de clientes. Y las barras de los bares continuarán siendo zonas vedadas. Mallorca sigue en fase dos. Y así continuará al menos hasta el próximo 8 de junio.

Balears se llevó ayer por la tarde el primer gran bofetón de la desescalada. Su pretensión de pasar a la fase tres en solo siete días fue rechazada por el Gobierno, pese a los argumentos epidemiológicos y sanitarios remitidos el pasado martes a Madrid por el Ejecutivo de Armengol o precisamente por ellos y el repunte de casos.

Javier Arranz, el portavoz del Comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, ya señaló a mediodía en su comparecencia que Mallorca podría quedarse en fase dos y Menorca, Eivissa y Formentera entrar en la siguiente fase. Pero la comunicación ocho horas después del ministro de Sanidad, Salvador Illa fue mucho peor. Solo Formentera pasa a la fase tres, donde el coronavirus nunca ha tenido la menor incidencia. Mallorca, Menorca y Eivissa tendrán que esperar al menos hasta el 8 de junio.

La comunicación sobre las fases se adelantó por primera vez del viernes al jueves y se zanjó a las ocho y media de la tarde sin demasiadas explicaciones de Illa y Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Ambos comparecieron de luto riguroso. El Gobierno argumentó que sigue prefiriendo el periodo de catorce días para cambiar de fase y no adelantar la desescalada con solo siete días de estancia en la última etapa asumida. De esta forma, el Ministerio atendió solo mínimamente la petición de Balears, como también sucedió en Canarias, donde solo las islas de La Graciosa, La Gomera y El Hierro cambiaron de fase.

"Somos partidarios de mantener ese gradualismo, y sólo cambiarlo en condiciones muy particulares", destacó Illa.

Hoteles, aerolíneas y las navieras estaban pendientes del anuncio para empezar la desescalada turística en Balears y abrir las comunicaciones interislas, lo que más interesaba al Ejecutivo de Francina Armengol para poder activar, aunque fuera mínimamente, un sector turístico todavía sin ningún ingreso.

Un golpe a la imagen de Mallorca en sus mercados turísticos emisores

Baleares fue hasta el miércoles, cuando se evaluaron sus datos sanitarios, la comunidad con el mayor crecimiento porcentual de nuevos casos, lo que ha impedido el acelerado cambio de fase que el Govern solicitó y para el que se sintió preparada a los dos días de asumir la fase dos. Una situación sanitaria que ha lastrado principalmente a Menorca, una isla donde el coronavirus prácticamente ha desaparecido, con solo tres casos activos ayer y un total de 21 días sin un nuevo contagio registrado. Pero Balears quiso dar el salto antes de tiempo y hacerlo en la misma semana que solicitaba ante los ojos de sus mercados turísticos emisores la progresiva desescalada del sector, la apertura de los primeros hoteles y la recuperación de las comunicaciones aérea y marítima entre islas. Pero ha suspendido el examen de Sanidad por el pequeño repunte de nuevos casos que empezó a registrase la semana pasada. Los mercados emisores verán ahora que Mallorca no es todavía el destino seguro que pretendía.