En una operación que puede rondar los 200 millones de euros, el magnate saudí Nasser Al-Rashid ha puesto a la venta una de sus joyas más preciadas, el yate Lady MouraLady Moura, cuya imagen está ligada desde principios de los años 90 a Palma y sobre todo a la estampa marítima del Club de Mar, su puerto base, condición que solo ha compartido en momentos puntuales con Porto Cervo (Cerdeña) y Mónaco.

La operación, un hito en el mercado náutico internacional por su enorme envergadura económica y el valor simbólico de un buque privado todavía sin parangón en el mundo [vea aquí las imágenes del buque, la dirige en condiciones de exclusividad el broker náutico internacional Camper & Nicholsons, el mismo con el que el tenista Rafa Nadal puso a la venta su yate Beethoven en julio de 2019 por 2,6 millones de euros.

En 1990, el año de su botadura en los astilleros Blohm & Voss de Alemania, el Lady Moura era el yate privado más caro e innovador del mundo y el noveno más grande jamás construido, con sus 105 metros de eslora, los sistemas de ingeniería más innovadores y unos interiores que premeditadamente llevaron el lujo, la extravagancia y el cuidado de detalles a límites todavía desconocidos en el mar, empezando por el rótulo en oro de 24 kilates con el que se inscribió el nombre del buque en la parte más alta de de sus dos costados. Con su llegada a Palma, los propietarios de grandes yates del mundo empezaron a sentir atracción por Mallorca.

Sin embargo, el Lady Moura es también el símbolo más opulento de la historia de amor entre Nasser Al-Rashid y Mouna Ayoub, nacida en 1957 en Kuwait en una familia libanesa de religión católica. Cuando tenía 18 años y trabajaba como camarera en un restaurante libanés de París conoció Al-Rashid (1939), consejero del fallecido rey Fahd y uno de los hombres de negocios más importantes de su país. Se casaron en 1979 y se divorciaron en 1996. El Lady Moura fue para ella su palacio flotante en Mallorca y al final de su vida de casada, su jaula de oro. Hoy Mouna Ayoub es la mayor coleccionista mundial de alta costura y tiene una fortuna de 300 millones de dólares.

Durante los últimos tres años el barco ha sido completamente renovado en sus cuatro cubiertas: nuevos motores y generadores, sustitución completa de la teca, pintura de casco y un nuevo sistema remoto avanzado que permite la solución de cualquier problema en tiempo real. Sus hangares contienen una flota de embarcaciones para alcanzar la costa y para el recreo de los invitados. Posee suites para 30 personas, dependencias para 67 tripulantes, un salón de cine, gimnasio, piscinas interiores y un club de playa casi en la línea de flotación.