Primer día de playa para la pequeña Ariadna, de ocho meses. Su madre, Aina Martínez, la sostiene mientras ella manipula palas y cubos de colores. La escena, ocurrida ayer en Can Pastilla, no tendría nada de particular si no fuera porque se trataba del día en que Mallorca entraba en la fase 2 de la desescalada y ya se permitía tomar el sol y bañarse en las playas. "Es su primer verano y mira lo que le ha tocado", dice Aina, vecina de la zona. La joven mamá reconoce que "le encanta el mar" y que antes de mayo suele darse sus primeros baños.

Banderas verdes ondeando, ausencia de señalización específica y distancia social que se respeta al cien por cien. Parejas, pequeños grupos de amigos, familias y algún bañista solitario acudieron, aunque no en masa, a pasar unas horas junto al mar y darse un chapuzón. Pocos fueron los que se atrevieron a meterse en el agua, los más valientes, los niños, que pudieron recuperar uno de sus entretenimientos favoritos: jugar con la arena y el agua.

Mari González tenía muchas ganas de disfrutar del mar "y más, viviendo aquí delante", subraya. "He mirado el BOE todos los días", bromea para ilustrar la impaciencia con la que esperaba plantar su toalla en la arena. Mari inició la fase dos en la playa de Can Pastilla junto a su amiga Kinga Lipka. Ambas se mantenían alejadas, respetando la distancia: "Venimos juntas pero estamos separadas", señaló concienciada. "Creo que hay poca gente hoy porque todavía no se fían, pero veremos qué pasa más adelante", opinó Mari.

Ana Mei, Vero Roig y Sandra Oliver llegaron a esta zona de baño de Palma en autobús. A pesar de que el agua estaba demasiado fría y el cielo se había nublado, se mostraban optimistas: "Esperábamos sol, pero bueno, así no sudamos", dijeron entre risas. "La playa está limpia y tranquila y hay mucho espacio". Las tres coincidieron en que éste había sido un buen estreno de la fase 2.

Victòria Pizà y Maria Pilar Montaner, ansiaban poder pasar un día en la playa y se acercaron hasta Palmanova no porque fuera de sus favoritas si no por proximidad. Ambas conocen bien el lugar puesto que normalmente acuden para practicar voley playa. "No podíamos esperar más", dice Victòria quien está acostumbrada a empezar a entrenar en el mes de marzo. Sin embargo, todavía no es posible practicar voley en la playa y las dos jóvenes se conformaron con un primer baño. "El agua está buenísima", coincidieron. "Esperemos que todo esto sirva de algo y que no volvamos a la fase cero. Supongo que todas estas medidas tendrán una base científica", reflexionó Victòria quien comentó que había leído en el facebook del ayuntamiento de Calvià las normas implantadas en las playas del municipio: "Hay que mantener la distancia de dos metros, no se pueden usar las duchas ni los baños y sólo se puede practicar deporte de forma individual", resumió. Por su parte Maria Pilar opinó que las normas le parecían "demasiado estrictas". Daniela Carani afronta una nueva temporada alta como socorrista en la playa de Palmanova, donde lleva trabajando varios veranos. "Otros años, a estas alturas de mayo, tampoco es que haya mucha gente, es una playa bastante tranquila", explicó. En los días previos al a fase 2 Daniela se había dedicado sobre todo a informar a la gente que se acercaba a la playa de que todavía no estaba permitido tomar el sol ni nadar. Tomás Arévalo y Angie Lana ya tenían ganas de disfrutar de un poco más de libertad. Pensaban que la fase 2 había comenzado el pasado domingo así que se acercaron a Cala Millor a darse un baño. "La Guardia Civil nos dijo que hasta hoy [por ayer] no se podía así que nos fuimos". Pasaron el día en Palmanova por que "al ser bastante grande, pensamos que sería más fácil guardar las distancias, pero no creo que volvamos porque nos gusta más ir a calas", comentaron. Claudia Reyes también prefiere calas más apartadas donde su marido practica el submarinismo. Sin embargo ayer se dirigió a esta zona de baño de Calvià como "prueba piloto" para que su hijo Tristán, de siete años pudiera disfrutar de sus primeros juegos junto al mar.

Anecdotario

El helicóptero de la policía sobrevoló la bahía

Un helicóptero de la Policía Nacional sobrevoló ayer la bahía de Palma. Coches patrulla y agentes en motocicltea también realizaron labores de vigilancia.

A diez metros de la orilla

En Palmanova una socorrista recordaba a los bañistas que no podían colocar sus toallas cerca de la orilla. En concreto, debían dejar libre un espacio de diez metros.

"Hemos venido aquí porque no hay turistas"

Algunos bañistas residentes se acercaron a playas que normalmente no frecuentan porque sabían que no habría turistas y que podrían disfrutarlas sin las aglomeraciones típicas del verano.

Zonas de baño anchas para poder respetar la distancia

La proximidad hizo que muchos palmesanos se decantaran por acudir a playas de Ciutat o de Calvià. También se valoró el hecho de que playas como la de Palmanova o la de Can Pastilla son los suficientemente anchas como para poder respetar la distancia de dos metros exigida.

Poniendo la playa a punto

En Palmanova los primeros bañistas compartieron el espacio con los operarios que limpiaban la playa e instalaban los postes de las sombrillas