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Las empresas avisan al Govern: puede 'matar' la vivienda barata

Los sectores promotor y constructor dan la voz de alarma ante el anuncio de nuevas restricciones en materia urbanística

El Ejecutivo de Armengol está elaborando un nuevo paquete de restricciones urbanísticas. C. Guasp

El sector de la edificación ha lanzado una advertencia al Govern: si finalmente aprueba las restricciones urbanísticas que se han anunciado sobre el suelo urbanizable no programado y sobre el rústico, puede acabar con cualquier posibilidad de que en Mallorca se pueda volver a hablar de levantar viviendas a precio asequible y provocar que las futuras construcciones de residencias vayan destinadas exclusivamente a compradores de alto poder adquisitivo. Una vez conocido el borrador de las medidas especiales que se están negociando en el seno del Ejecutivo autonómico y que parecen estar generando fricciones en su seno, las únicas dudas de promotores y constructores radican en si el texto definitivo sera "malo en el mejor de los casos o espantoso e intolerable en el peor."

El anuncio de que el Gabinete de Francina Armengol está diseñando un nuevo plan de medidas especiales centradas en elevar la protección del territorio con la aplicación de nuevas restricciones en materia de urbanismo ha sentado como un jarro de agua fría en el sector de la edificación residencial, que además advierte de nuevo de que se está generando una gran inseguridad jurídica.

El fin de la vivienda barata

La primera advertencia nace del presidente de los promotores inmobiliarios de Balears, Luis Martín, el cual señala que el borrador de las medidas especiales, cuya aprobación se esperaba para el Consell de Govern de ayer, implica desclasificar suelo para futuros crecimientos urbanísticos, lo que supone mantener la escasez actual, con la correspondiente revalorización del disponible. O lo que es lo mismo, poner fin a la posibilidad de que en el futuro pueda edificarse vivienda a un precio asequible para la mayoría de las familias mallorquinas. Al encarecerse el suelo debido a que se agrava su escasez, los únicos proyectos que podrían ponerse en marcha son los dirigidos a compradores de alto nivel económico.

Pero el impacto de las citadas restricciones alcanza también al suelo rustico y agrava el deterioro que el punto anterior supone para la actividad de las empresas constructoras. Lo que supone una paradoja si se tiene en cuenta que hace pocos días el Govern presentó otro paquete de medidas urgentes para reactivarla, como permitir la ampliación en un 15% de las instalaciones turísticas y agilizar las tramitaciones.

Eso explica que algunos constructores planteen que dependiendo del redactado final que tengan estas nuevas limitaciones urbanísticas, el resultado final puede ser "malo", si son moderadas, o "espantoso e intolerable" si son más intensas.

Un rechazo que ahora es unánime entre las empresas

Las medidas que el Govern balear ha tomado en materia urbanística y de vivienda habían generado hasta ahora reacciones diferentes entre promotores y constructores. Las presentadas en febrero para impulsar la vivienda asequible fueron acogidas con alegría por los constructores, al igual que las anunciadas este mismo mes y que agilizan la tramitación de proyectos y facilitan las ampliaciones turísticas. Todas ellas han sido recibidas con decepción o indiferencia por los promotores. Pero el borrador de las nuevas restricciones urbanísticas es rechazado de forma unánime desde ambos colectivos empresariales.

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