El sector turístico de masas que ha caracterizado a la economía balear en los últimos años representa una desventaja para enfrentarse a la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. Por ello, es necesario un cambio de modelo menos atomizado para superar los efectos negativos de la reducción de la llegada de turistas.

Esta es una de las conclusiones que aportó el decano de la Facultad de Turismo de la UIB, Tolo Deyá, durante el debate a través de videoconferencia, que organizó ayer el Cercle d'Economia de Mallorca y la Cambra de Comerç, con el fin de plantear soluciones ante las consecuencias negativas que ha conllevado la Covid-19 en la economía balear.

Deyá pronosticó que ante la imposibilidad de explotar el modelo de masas como hasta ahora "será necesario llegar a acuerdos entre los distintos empresarios para la explotación de los alojamientos turísticos" con la formación de una especie de Unión Temporal de Empresas.

Necesidad de más ayudas

Los representantes de los sectores primario y de la restauración, muy golpeados por el parón turístico, también estuvieron presentes en el coloquio virtual. Ambos pidieron más ayudas públicas para enfrentarse a la bajada de ingresos ya que consideran que son incapaces de subsistir con el consumo interno de los residentes.

El presidente de Asaja, Joan Company, recordó que la renta agraria en Balears ha sufrido una reducción del 54% en el último año lo que la sitúa entre las más bajas del país por lo que "uno de los objetivos debe ser la mejora de la rentabilidad". Por su parte, el presidente de la Asociación de Restauración de las islas, Alfonso Robledo, aseguró que su sector "está preocupado" y destacó la necesidad de ampliar los ERTE de fuerza mayor hasta mayo de 2021 ya que en caso contrario "quebraremos todos".