Un hombre ha sido condenado a casi cuatro años de cárcel por golpear en la cara con una botella de cristal a su expareja, que perdió tres dientes a consecuencia de la agresión y precisó varios puntos de sutura. El acusado tenía además una orden de alejamiento de la mujer. La perjudicada no quiso declarar en el juicio, pero la jueza se basó en otras pruebas para declarar al hombre autor de un delito de lesiones y otro de quebrantamiento de medida cautelar, por los que le impuso tres años y ocho meses de prisión respectivamente. La Audiencia Provincial ha desestimado su recurso.

En diciembre de 2017, un juzgado dictó una orden de protección en favor de la mujer por un supuesto episodio de malos tratos. La medida cautelar prohibía al acusado comunicarse con su expareja o acercarse a ella. Con esta orden todavía vigente, el 8 de diciembre de 2018 a mediodía la víctima entró en un bar de la calle Manacor, en Palma. El acusado estaba en el interior del local y ambos se enzarzaron en una discusión. La riña fue breve y la mujer salió a la calle.

El hombre fue tras ella. Según declara probado la sentencia, abordó a su expareja y le propinó un golpe en la cara con una botella de cerveza. La víctima perdió tres dientes y sufrió heridas en el labio y una mano, con la que trató de protegerse. Fue trasladada a un centro médico, donde tuvieron que aplicarle varios puntos de sutura. El hombre fue detenido por la Policía Local ese mismo día.

La mujer declaró inicialmente en el juzgado que investigó el caso en contra del acusado. Sin embargo, durante el juicio cambió de versión y lo exculpó, atribuyendo la contradicción a que estaba ebria cuando ocurrieron los hechos. La magistrada, sin embargo, consideró que el relato creíble era el primero que ofreció, avalado además por la declaración en la vista oral de un agente de la Policía Local. Así, declaró al hombre autor de delitos de lesiones con instrumento peligroso y quebrantamiento de medida cautelar, por los que le impuso penas que suman tres años y nueve meses de cárcel, además de una orden de alejamiento de tres años.

El abogado del procesado recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial. Alegó que la magistrada había valorado erróneamente las pruebas, sin dar credibilidad a la versión ofrecida por la víctima en el juicio. También reclamaba una rebaja de la condena por la ingesta de alcohol del acusado.

La sección segunda de la Audiencia ha rechazado estos argumentos y considera "lógica y racional" la sentencia dictada contra el hombre.