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En estado de alarma

La Covid-19 no logra abaratar los precios de la vivienda en Mallorca

Los propietarios de los inmuebles en venta y alquiler se resisten a rebajar sus demandas económicas

El precio de la vivienda balear y de los alquileres no se reduce de momento pese a la crisis sanitaria. B. Ramon

El coronavirus ha paralizado buena parte de la actividad económica de Balears, pero lo que no ha logrado de momento es abaratar el acceso a una vivienda en Mallorca, ya sea para compra o para alquiler, según coinciden en señalar representantes de los promotores, agentes de la propiedad inmobiliaria y empresas del sector. En el caso de los alquileres, incluso sus renovaciones todavía se ven acompañadas de incrementos en las rentas que se exigenincrementos en las rentas que se exigen, según se pone de relieve. Aunque se hace una advertencia adicional: junio va a ser un mes clave para determinar la evolución que este mercado va a tener en la isla, ya que en esas fechas habrá quedado claro ya si se va a lograr reactivar la actividad turística, o si se va a dar ya por perdida la temporada de este año con el impacto que ello va a suponer sobre el empleo y la renta de las familias.

A fecha de hoy, los precios no están bajando porque la "debacle" que algunos esperaban en la compraventa de inmuebles no se ha producido. El presidente de la asociación de promotores del archipiélago, Luis Martín; su homóloga en el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, Natalia Bueno; el máximo responsable de la Asociación Balear de Servicios Inmobiliarios (ABSI), Toni Gayá; y el director general de Engel & Völkers en el Sudoeste de Mallorca, Hans Lenz, coinciden en subrayar que las ventas que ya estaban comprometidas se han mantenido en su práctica totalidad y que durante las semanas del estado de alarma incluso se han conseguido cerrar algunas nuevas adquisiciones, una parte importante de ellas para clientela extranjera, aunque con niveles muy inferiores a los que se daban entes de la Covid-19. Es decir, el sector inmobiliario mallorquín no se ha hundido.

El resultado es que los precios de venta, tanto en vivienda nueva como de segunda mano, se han mantenido sin recortes, porque los propietarios, sean promotores o particulares, prefieren mantenerse a la espera de ver cómo evoluciona la economía. Esta misma situación se extiende a los alquileres, cuyo precio no se reduce, e incluso mantiene una tendencia al alza cuando toca renovarlos.

En este sentido, Natalia Buedestaca que cualquier alquiler inferior a los 1.000 euros al mes sigue teniendo una fuerte demanda.

Lo que sí se ha detectado es una creciente dificultad para acceder a un inmueble entre una parte de la sociedad balear, básicamente clases medias-bajas afectadas por algún expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) o cuyo contrato esta relacionado con las actividades más afectadas por el estado de alarma, ante las reticencias de los bancos a facilitarles una hipoteca y de algunos propietarios a aceptar a estas familias como inquilinos.

El problema radica en que Balears tiene un déficit estructural de vivienda, según subraya Luis Martín (los promotores cifran en unas 20.000 más las que se precisan para atender las necesidades de los residentes), agravado por el crecimiento de su población, y la reducción de la demanda de algunas clases sociales que se detecta es observada de momento como un fenómeno temporal vinculado a una crisis sanitaria. A ello hay que sumar que en el mercado extranjero se sigue mostrando un elevado interés por contar con una segunda residencia en la isla.

Pero tranto Gayá como Bueno señalan que el futuro del mercado inmobiliario balear se despejará en junio, cuando ya se pueda comprobar si re reactiva el turismo o la temporada se da por perdida, ya que esta segunda posibilidad supondría la destrucción de muchos empleos y la incapacidad de afrontar estos gastos para muchas familias.

Jardín o balcón

La demanda de viviendas que disponen de terraza o que cuentan con una zona ajardinada se está viendo apreciablemente incrementada debido al impacto que en muchas familias, especialmente con niños, ha tenido el confinamiento, según coinciden en señalar los presidentes del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de las islas y de la Asociación Balear de Servicios Inmobiliarios (ABSI), Natalia Bueno y Toni Gayá respectivamente.

Este hecho está provocando un alza también en la búsqueda de inmuebles situados en las poblaciones próximas a Palma (a no más de media hora en coche) donde este tipo de residencias son más habituales, frente a la concentración que durante los meses anteriores se daba en la capital de las islas.

Otro aspecto destacado por ambos representantes del sector inmobiliario es que la posibilidad de encontrar una vivienda para alquilar durante los meses de julio y agosto en las zonas turísticas es ahora prácticamente inexistente, dado que sus propietarios las mantienen bloqueadas ante la expectativa de poder recuperar la clientela extranjera durante los meses punta del verano.

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