Un numeroso grupo de vecinos del barrio de Santa Catalina, en Palma, tuvieron que salir a la calle en la noche del pasado viernes, para disolver una reunión de más de 25 personas, que estaban bebiendo copas en la terraza de un bar de la zona, de escaso espacio, sin respetar las mínimas medidas de distancia para evitar contagiarse con el coronavirus.

Según explicaron varios de los vecinos, sobre las nueve de la noche se empezaron a escuchar ruidos de gente hablando en la calle. Estaban todos juntos en la terraza de un bar que hace esquina entre las calle Sant Magí y la calle Cotoner. Es un local regentado por un empresario italiano, que abrió el pasado lunes y que instaló tres pequeñas mesas en un reducido espacio sobre la acera. Las normas sanitarias limitan el número de personas que pueden estar juntas en las mesas de estas terrazas y, además, se exige que mantengan una distancia de seguridad entre ellas.

Máxima tensión

Los vecinos, al comprobar que en este bar no se estaban cumpliendo las normas impuestas en el estado de alarma, llamaron a la Policía para que actuara y disolviera ese grupo de clientes. Otros, en cambio, decidieron salir a la calle para recriminar a los clientes, casi todos ellos italianos, que estuvieran reunidos en la terraza del bar, sin adoptar ninguna de las medidas de seguridad que aconsejan las autoridades sanitarias. Además, según se puede observar en la fotografía que se publica en esta noticia, ninguno de estos clientes llevaba mascarilla de seguridad.

Los vecinos exigieron al dueño que desalojara el negocio y esta situación provocó algunos momentos de tensión, traducidos sobre todo en insultos entre ambas partes. En la discusión también intervinieron los clientes, ya que la mayoría se negaba a abandonar el bar y dar por terminada la noche de diversión.Tras varios requerimientos al rato hizo acto de presencia en la calle una unidad de la Policía Local de Palma.

Por otra parte, la mayor parte de negocios de esta concurrida zona de diversión de Palma se mantenían ayer cerrados. Algunos bares con terraza si reanudaron la actividad y ayer al mediodía se observó a muchos clientes sentados en las mesas.

Ayer se iniciaba el primer fin de semana, desde la declaración de estado de alarma, en el que se permitía una actividad limitada de los locales de ocio. Santa Catalina es la barriada de Palma donde más gente se concentra los sábados por la tarde, en lo que se ha conocido como el tradicional tardeo. Sin embargo, como la mayoría de restaurantes y locales de copas siguen cerrados (muchos carecen de terraza) ayer tarde apenas acudieron clientes a esta zona de diversión. Está previsto que el resto de negocios abra de nuevo sus puertas a medida que avance el proceso de desconfinamiento.