Maria Andrea Tages llegó hace tres años a Mallorca procedente de Argentina con sus tres hijos para encontrar una mayor estabilidad laboral. "Tenía una tienda de ropa y lo vendimos todo para establecernos aquí. Desde el principio nos fue bien y trabajé como limpiadora, cuidando a personas mayores o como ayudante en un bar", explica.

Sin embargo, la pandemia ha dado un vuelco a su vida. "Cuando empezó tuve que dejar de cuidar a dos señoras mayores por miedo al contagio. Soy grupo de riesgo al ser diabética y tuve que encerrarme en casa", cuenta Tages. El grifo de los ingresos se cerró de un día para otro porque su hijo de 24 años también perdió su trabajo.

"Si no fuera por Càritas no podríamos cubrir nuestras necesidades básicas. Es la primera vez en mi vida que necesito ayuda para comer. Te asustas claro, sobre todo por las dos niñas, que todavía son pequeñas, pero saldremos adelante", subraya esta argentina.

Los cuatro viven en un piso compartido con otra persona -"también se ha quedado sin trabajo"- por el que pagan 500 euros.

"El problema es que van a ser tres meses sin poder pagar el alquiler porque desde que empezó todo esto no entra ningún ingreso en casa. Y claro que todo eso también acaba afectando a la salud. El azúcar se me dispara por los nervios y me tengo que colocar insulina tres veces al día. Pero tienes que esforzarte por estar tranquila para que las niñas no se preocupen", explica Tages.

En todo caso, afirma que contempla el futuro a medio plazo con optimismo: "Estoy segura de que en junio empezará a haber trabajo y tanto mi chico como yo encontraremos algo. Somos optimistas, estoy convencida de que nos recuperaremos. ¿Volver a Argentina? Eso está descartado, nuestro futuro está aquí".