Las patronales del pequeño comercio Pimeco y Afedeco expresaron ayer su disconformidad con una orden de Sanidad que prohíbe realizar rebajas en las tiendas para evitar aglomeraciones. Esta decisión supone un "grave" perjuicio para los pequeños y medianoscomercios, porque no contempla la limitación de las rebajas a través de las aplicaciones digitales. "Este tipo de medidas favorece a grandes plataformas digitales con un coste de transporte y medioambiental enorme. Estas hacen grandes campañas de rebajas que se verán beneficiadas si no tienen competencia física. Si no se controlan esas campañas online, esto puede provocar que la mayoría del público compre a través de las plataformas y no acuda al comercio de proximidad", como dijo el presidente de Pimem, Jordi Mora.

Por su parte, Afedeco añadió que es producto de "la persecución que vive el sector" y aseguró que supone "un nuevo varapalo para el comercio de proximidad". Su presidente, Toni Gayà, subrayó que muchas empresas ya estaban "tocadas de muerte" antes del confinamiento. Las que a duras penas están empezando a abrir tenían alguna esperanza de sacar todo el stock comprado para la primavera aplicando descuentos y hacer caja para tratar de sobrevivir. "¿Y ahora qué?", se preguntó, y afirmó que esta medida afecta "al comercio de barrio, al pequeño, porque solo las grandes marcas que tienen web desarrolladas se verán beneficiadas".

"Estamos ante la defunción del comercio de ciudad, el de toda la vida, y el que da de comer a miles de familias", enfatizó Gayà. Reclamó que las normas "sean para todos igual". "Por supuesto nos oponemos a que se prohíban las rebajas, porque queremos que todos los comercios puedan vender pero, si tiene que haber prohibiciones, que las normas sean iguales para todos".