Los comerciantes respiran un poco más tranquilos al saber que sí podrán hacer rebajas, después del susto que se llevaron con una orden del BOE que señala que "los establecimientos no podrán anunciar ni llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público". La interpretación generalizada de las patronales, tanto del pequeño como del gran comercio, fue que estaban prohibidas las rebajas presenciales y se mantenían solo por internet, lo que provocó el martes una cascada de críticas de todo el sector.

El Govern balear aclaró ayer que habrá rebajas de verano y que lo único que impide el Ejecutivo central son las multitudes, "tanto dentro del establecimiento como en sus inmediaciones", según se puede leer en el Boletín Oficial del Estado. La limitación de afluencia no preocupa a los comerciantes de menor tamaño, debido a que "la realidad demuestra que el pequeño y mediano comercio no tienen grandes aglomeraciones y, por lo tanto, sí se puede decir que se realizarán rebajas con carácter general", en palabras del gerente de Afedeco, Antoni Vilella.

Argumentó que se trata de "una estrategia comercial que en este momento viene muy bien, después de estar con las puertas cerradas, al no ser una actividad esencial, desde el 15 de marzo". Las rebajas y promociones de todo tipo permitirán a los dueños de los negocios desprenderse del stock adquirido para la pasada temporada de primavera y que no han podido vender por el cierre obligado a causa de la pandemia del coronavirus.

Por último, agradeció "la labor y presión" que hizo el Govern al ministerio de Industria a través de la dirección general de Comercio. El conseller, Juan Pedro Illanes, defendió ayer la necesidad de "volver a la normalidad", dio las gracias a los comerciantes por su "profesionalidad y responsabilidad" durante la fase 1 y les pidió que, cuando comience el periodo de rebajas, "adopten las medidas de seguridad necesarias con el fin de evitar que se produzcan aglomeraciones a consecuencia de los descuentos".

La conselleria de Transición Energética y Sectores Productivos recordó además en una nota de prensa que, durante la fase 1 de la desescalada, los establecimientos comerciales están obligados a cumplir las medidas que regulan su reapertura, entre las que están el aforo máximo permitido del 30% y la obligación de mantener la distancia de seguridad, tanto entre vendedor y clientes como entre los compradores, así como el uso de mascarilla.

Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lamentó la confusión que causó la redacción de la orden ministerial y pidió al Gobierno central "una aclaración sobre la realización de las rebajas durante el estado de alarma", ya que por la mañana aún había muchas dudas por parte de la patronal y esta entidad.

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