La Real Academia de Medicina de Balears, con el apoyo de ocho colegios oficiales, ha elaborado un documento conjunto, para poner en cuestión muchas de las informaciones que se generan y que están relacionas con la pandemia del coronavirus. Un texto que suscriben los colegios profesionales de médicos, farmacéuticos, veterinarios, enfermería, biólogos, psicólogos, dentistas y filosofía y letras.

La Academia considera que la información que se transmite relacionada con la pandemia, sobre todo la que procede de fuentes sanitarias, debe ser "especialmente solvente y fiable", dado que algunos datos inadecuados "confunden a la sociedad, mina su confianza en el sistema sanitario y dificulta el cumplimiento de las medidas de control".

También se recuerda que la práctica de la medicina se basa en la evidencia científica, obtenida después de procesos de investigación, que requieren unos tiempos de ejecución que son difíciles de acortar. Por ello, los académicos mantienen que no se puede recomendar ningún fármaco hasta que estos estudios de investigación han terminado, ya que de lo contrario se trataría de un "fraude científico e informativo que podría generar graves confusiones y consecuencias".

En el comunicado se señala también que la ciencia biomédica juega un papel decisivo para resolver las crisis sanitarias y para ayudar a los poderes políticos a adoptar las decisiones. Pero recuerdan que estas investigaciones precisan de un considerable apoyo económico, dado que suelen ser muy complejas. La Real Academia de Medicina considera fundamental apoyar, "ahora y en el futuro", a grupos de investigación de demostrada solvencia, y recuerdan que este tipo de proyectos requieren equipos multidisciplinarios, que deben disponer de medios para trabajar.

Los académicos señalan que las convocatorias de ayudas públicas para subvencionar estos trabajos de investigación deben evitar las propuestas oportunistas, que presentan objetivos poco realistas a corto plazo. Además, sostienen que los resultados que se obtengan en estos proyectos de investigación deben hacerse públicos y ser auditables, "tanto económica, como científicamente".