Los pacientes críticos podrán estar acompañados por un solo familiar o ser querido durante los últimos momentos de su vida, a pesar del aislamiento exigido en la enfermedad del coronavirus. Hasta ahora, fallecían sin ninguna compañía cercana, excepto la de los profesionales sanitarios de la UCI o planta hospitalaria donde estaban ingresados. El Parlament balear aprobó ayer modificar el protocolo para evitar que pasen la etapa final de la vida en soledad. Lo apoyaron todos los partidos por unanimidad a instancias del grupo de Ciudadanos.

En los casos en que se prevea una muerte próxima del paciente, el hospital permitirá al familiar o persona cercana su asistencia con el cumplimiento estricto de todas las medidas de seguridad. Incluso si la defunción se ha producido antes de su llegada, podrán llevar a cabo una despedida de su ser querido, como indica la proposicion no de ley para elaborar un plan de acompañamiento.

El hospital donde se encuentre el paciente crítico "garantizará el suministro de material necesario para minimizar el riesgo de contagio y siempre que las necesidades de equipamientos de protección individual de los sanitarios del centro estén suficientemente cubiertas", según señala el texto aprobado por todos los grupos de la Cámara balear.

También dieron el visto bueno a otros puntos de la proposición de Ciudadanos que ya se realizan en algunos centros hospitalarios: "Facilitar la entrega y/o uso de medios electrónicos personales, garantizando su limpieza en la entrada, para el entretenimiento de los pacientes y comunicación con el exterior", como ya se hace para que puedan hablar con sus familiares por videollamada; así como "organizar actividades de entretenimiento para los pacientes aislados, que no impliquen compartir material, a través de los terapeutas o trabajadores sociales"; y por último, "permitir que tengan objetos personales en la habitación, siempre garantizando su limpieza y desinfección".