La contaminación del aire en Palma ha caído entre el 14 de marzo y el 30 de abril (la primera quincena del confinamiento debido a la propagación de la Covid-19) un 67%.

Un informe elaborado por Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire urbano en España, confeccionado a partir de mediciones oficiales en 26 ciudades, entre ellas Palma, concluye que la reducción drástica del tráfico producida durante el confinamiento se sigue traduciendo en una mejora sin precedentes de la calidad del aire en las ciudades, muy por debajo del límite legal y la recomendación de la OMS.

Por ello, y con el fin de que los parámetros se mantengan y no se produzca el temido "efecto rebote" después de la desescalada este grupo ecologista propone el mantenimiento de las buenas prácticas como la compra de proximidad, el teletrabajo voluntario y la administración electrónica, rebajar el límite de velocidad en vías urbanas a 30 kilómetros por hora, potenciar la movilidad activa peatonal y cic lista y garantizar el transporte público con suficiente financiación.

Según el estudio de Ecologistas en Acción en el caso de Palma, el descenso de los niveles de contaminación es del 67% de media en sus estaciones de medición, siendo la reducción del dióxido de nitrógeno N02) del 73% en la estación situada en la confluencia de las calles Manacor y Foners, que es la que habitualmente alcanza los niveles más elevados de este contaminante producido por los tubos de escape de los vehículos, además de por las calderas industriales y domésticas, por lo que su concentración en el aire está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado.

Los niveles de este gas son los más bajos registrados en la última década y se mantienen muy por debajo del valor límite legal (fijado en 40 microgramos por metro cúbico de aire) y la guía anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según el instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, el NO2 provoca cada año en España 7.000 muertes prematuras. Se trata de un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones. Diversos estudios, como el elaborado por investigadores de la universidad italiana de Bolonia, relacionan la mortalidad de la enfermedad Covid-19 con la contaminación atmosférica.

Aunque no son objeto de este informe, las partículas en suspensión PM10 y PM2,5 y el ozono también han disminuido de forma notable en la primera mitad de la primavera. La drástica reducción de los óxidos de nitrógeno, que es el principal contaminante precursor del ozono, puede haber contribuido a esta circunstancia, junto al tiempo inestable y lluvioso, según el informe.