Será porque el ojo ya no está acostumbrado a las multitudes, pero la imagen que ofrecían esta mañana algunos puntos de Mallorca parecía inquietante. Miles de personas se echaron a la calle desde primera hora para practicar deporte y pasear, en la primera jornada de desconfinamiento general tras un mes y medio de clausura contra el coronavirus. Escasas mascarillas, aglomeraciones frecuentes y discreta vigilancia policial.

En Palma, la prímera línea de mar fue el destino principal de toda clase de deportistas. La mayoría eran corredores y ciclistas, pero también se vieron patines y tablas de surf. Entre el Paseo Marítimo y Ciudad Jardín se reunieron con quienes daban un paseo antes incluso de que amaneciera. El recorrido mostraba estampas insólitas desde que el pasado 15 de marzo se decretó el estado de alarma por la pandemia. En algunos tramos entre Can Pere Antoni y El Molinar no había acera para tanto desconfinado. Las aglomeraciones eran frecuentes y respetar las distancias de seguridad, una quimera. Incluso se produjeron atascos en algunas zonas. Por momentos, agobiante [vea aquí las imágenes de la jornada].

La situación fue diferente en los paseos amplios, como en la zona de La Gruta y Ciudad Jardín, con cierto desahogo. Allí, algunos aprovecharon para darse un chapuzón furtivo. Un grupo de surfistas se arremolinaba en busca de olas que no acababan de llegar e incluso algunos se dedicaban a levantar grandes piedras en la arena con ritmo deportivo. Otros simplemente paseaban, solos o en pareja, disfrutando el soleado día de primavera. Apostados a lo largo del recorrido, dos furgones de la Policía Nacional trataban de disuadir a los más osados, como los que practicaban deporte en grupo.

El respeto a las franjas horarias fijadas por el Gobierno fue escrupuloso en estas zonas de Palma. Con estricta puntualidad, las calles se vaciaron de deportistas y caminantes a las diez de la mañana. De la muchedumbre al desierto en cuestión de minutos. A un ciclista despistado, los policías tuvieron que explicarle que a esa hora tocaba ya dejar la bici.

A partir de entonces, la ciudad quedó para las personas mayores de 70 años. Tenían dos horas, hasta el mediodía, para dar un paseo. El uso de las mascarillas fue mucho más frecuente por parte de este colectivo. Muchos llevaban semanas sin salir de casa más que para comprar comida o medicamentos. Se notaba en sus caras la alegría de la desescalada. Minimizando riesgos, la mayoría mantenía los dos metros de distancia cuando se encontraba a un conocido y se improvisaba una tertulia.

Fue el primer paso, tras la liberación de los niños, del camino que nos llevará hacia eso que llaman "nueva normalidad". El Gobierno ha establecido en esta desescalada inicial diferentes tramos horarios para recobrar la libertad en las calles. Los mayores de 14 años pueden practicar deporte y ejercicio físico de manera individual, o dar paseos conjuntos si conviven, entre las seis y las diez de la mañana y las ocho y las once de la noche. Los mayores de 70 años y las personas dependientes acompañadas de un cuidador tienen la posibilidad de salir entre las diez y las doce de la mañana y las siete y las ocho de la tarde. Para los niños menores de 14 años, solo con un acompañante, queda reservada la franja que va del mediodía a las siete de la tarde.

El deporte al aire libre deberá realizarse en el mismo municipio de residencia, mientras que en el caso de los paseos no podrá uno alejarse a más de un kilómetro de distancia de su domicilio.