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Una mallorquina atrapada en China

La 'pollensina' Noelia Pérez Maldonado no puede volver a la isla debido al cierre de fronteras entre el país oriental y España

Noelia Pérez Maldonado en China, donde vivió el estallido y desarrollo de la crisis del Covid-19. Toni Mandilego

Noelia Pérez Maldonado, mallorquina natural de Pollença que trabaja en China como profesora de inglés y español, vivió en el país asiático desde finales del mes de enero el estallido y el desarrollo de la pandemia del Covid-19. Y ahora que la situación ha mejorado e intenta regresar a Mallorca se encuentra atrapada.

El plan de regreso se ha convertido en su principal tarea. Pero hasta la fecha, todas las opciones se cierran. Cada día llama a diferentes aerolíneas, al Ministerio de Exteriores y a la Embajada de España en China. Y cada día topa con la misma negativa. "Tienes que esperar" o "nosotros no podemos hacer nada".

La pesadilla de las aerolíneas

La mallorquina tiene previsto volver el 2 de junio con un vuelo directo a Madrid. Decide cambiar la fecha de salida para llegar antes, pero la operación es cancelada sin recibir ninguna información de la compañía.

Lo único que le ofrece Iberia a cambio es un bono por el mismo importe a utilizar hasta el año que viene o devolverle el dinero. "No me sirve regresar más tarde, necesito hacerlo ahora", explica Noelia. Pero la devolución del dinero tiene trampa. La compañía le dice a la afectada que contacte con la agencia de viajes. En otras palabras, Iberia le devuelve el importe del billete al intermediario, y éste se lo devuelve a su propietaria. A día de hoy, todavía no lo ha hecho.

Pero la mallorquina no desfallece. Y decide comprar otro vuelo a la espera de solucionar su conflicto con la agencia de viajes. Su nueva compra es para el día 31 de marzo con la compañía Emirates Airways. Su nueva ruta es más larga que el anterior. Empieza en Kunming ( China) y llega a Pekín, después realiza una escala en Dubai y de allí a Múnich. Para finalmente regresar a Palma. Unos cuantos días antes del vuelo, la aerolínea contacta con ella para decirle que el vuelo Dubai -Múnich ha sido cancelado (los demás no). ¿La solución? Devolverle el dinero o aceptar un bono. Noelia Pérez Maldonado ahora está interesada en el bono pero no hay manera de contactar con Emirates.

Correos y llamadas, aquí y allá

Correos y más correos, llamadas y más llamadas durante días. "¿Qué puedo hacer para regresar?", preguntó al Ministerio de Exteriores. La respuesta fue: "Nosotros no podemos hacer nada, tienes que hablar con la embajada española en Cantón". En el país asiático le decían lo mismo, "Contacta con Madrid". La pelota pasaba de unos a otros sin solución.

Una segunda llamada a Exteriores le dio una esperanza. Debía inscribirse en las listas de repatriación, con dos vías para poder hacerlo. La primera, viajar a la región china de Cantón donde está la embajada. La segunda, enviar su pasaporte a la misma región. "La primera solución me cuesta un dinero que ahora mismo no tengo. ¿Debo comprar otro vuelo cuando ya llevo más de mil euros gastados en billetes de avión?". La mallorquina tampoco ve lógica la segunda solución, la de enviar su pasaporte a Cantón y quedarse sin él cuando puede necesitarlo antes para viajar.

Y cuenta lo que le ocurrió a un amigo en su misma situación: "El pasaporte tardó más de un mes en volver a sus manos y no era el suyo, era el de una ciudadana china". Por tanto, ambas soluciones propuestas por Exteriores no le ofrecían garantías, según Noelia.

Noelia Pérez Maldonado en China. Toni Mandilego

Descartadas las dos opciones, se vuelve a poner en contacto con el Ministerio. La única forma de contacto con la institución es la vía telefónica. Una llamada más desde China a España. "Ya veremos la factura de teléfono", lamenta la mallorquina. El Ministerio le da una última solución, la compra de un vuelo con la compañía Air China. Los billetes cuestan entre mil y tres mil euros.

Días después, le llama la Embajada de España en Cantón diciendo que hay un vuelo de repatriación desde Pekín. Los costes a cargo del pasajero, por supuesto. Una semana de espera hizo falta para que la misma embajada la llamara de nuevo para decirle que el avión había sido cancelado.

Una llamada más a la embajada cantonesa sirve para que le den una opción más, la de utilizar una compañía alemana. Esta vez le aconsejan que se compre unbillete con esta compañía porque seguro que vuela aEspaña. Una vez más Noelia llama a la aerolínea alemana para corroborarlo y no era así. "No podemos garantizar que el avión despegue hasta el mismo día del vuelo. Deberás ir al aeropuerto de Pekín el mismo día", según la operaria de la aerolínea.

Otra llamada a la embajada por parte de la mallorquina para recriminar ese "consejo". La respuesta es "No tenemos potestad para hablar de empresas de otros países". Noelia no se lo puede creer.

El calvario de Noelia Pérez Maldonado en China sigue. Es su historia y la de tantos ciudadanos mallorquines y españoles en el mundo que todavía esperan regresar a casa. Con el espacio aéreo casi blindado, la única opción viable parece esperar, lejos de casa, de los seres queridos, con limitaciones económicas y con la sensación de haber sido abandonados por el Ministerio de Exteriores.

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