El plan de desescalada presentado por Pedro Sánchez ha sido recibido por la oposición en las islas con críticas y con advertencias de consecuencias negativas para Balears, sin obviar ataques a la presidenta Francina Armengol. Desde el Pacto, incluso Més pide a la jefa del Ejecutivo balear que aumente la presión para reivindicar ante el Gobierno central cuestiones importantes para las islas.
El mayor ataque lo lanzó el líder del PP, Biel Company, para quien el plan de Sánchez es "un capítulo más de la improvisación" del Gobierno central. Para Company se trata de "un plan ambiguo, poco concreto, con bastantes incoherencias y que, desde el punto de vista de Balears, no tiene en cuenta algunas especificidades" de las islas. Por ejemplo, "se olvida de la conectividad aérea y de los puertos, por lo que aplaza cualquier apertura de estos al mes de julio como pronto y cierra la puerta a una posible reactivación del turismo" en las islas. Añadió que "mientras otros presidentes autonómicos avanzaron en un plan en sus territorios", Armengol fue "a remolque" y esperó al plan de Sánchez.
Después de estas declaraciones, la Junta de Portavoces del Parlament rechazaba la propuesta del PP de crear una comisión parlamentaria de reconstrucción para Balears, lo que hizo que Company aumentara sus críticas. "Mientras Armengol pide consenso y unidad de acción, el PSOE y sus socios comunistas y nacionalistas rechazan que los acuerdos y las medidas para avanzar en la recuperación de Balears sean debatidos y aprobados en sede parlamentaria", dijo.
La portavoz parlamentaria socialista, Silvia Cano, rechazó estas acusaciones, argumentando que el Govern trabaja desde hace semanas "en un gran pacto para la reconstrucción" con agentes sociales y económicos y ha reunido a todos los partidos para explicar sus actuaciones y escuchar sus propuestas. "Es el Govern el que ha de liderar este gran acuerdo", defendió Cano quien acusó al PP de actitud "poco constructiva, con una motivación política obstruccionista" sumándose a "las tesis más duras y radicales del PP de Pablo Casado, precisamente en un momento clave para la unidad política y no para instrumentalizar políticamente una pandemia".
Patricia Guasp, de Ciudadanos, también criticó la "falta de rigor e improvisación" de Pedro Sánchez e insistió en exigir a Armengol un plan de desconfinamiento detallado para Balears "como Andalucía o Canarias". Para Guasp, el plan de Sánchez "es imposible que sea aplicable a hoteles, comercios y hostelería" que "no podrán asumirlo" sin continuar acogiéndose a un ERTE. Por ello, instó a Armengol a " medidas urgentes en este sentido y un plan de continencia sanitaria en el que se garanticen test y mascarillas", además de "mayor concreción para puertos y aeropuertos" y "protocolos de seguridad claros".
La portavoz parlamentaría de El Pi, Lina Pons, también criticó la "falta de detalle" del plan de Sánchez. "Nos ha dicho el cuándo del desconfinamiento, pero no el cómo", dijo Pons. Entre las cuestiones que considera necesarias y que emplaza a Armengol a reivindicar está la de la "cogestión aeroportuaria en el sentido de que el Govern pueda controlar y hacer pruebas a los turistas que aterricen, financiado por el Gobierno central".
El líder de Més, Antoni Noguera, también instó a Armengol a reivindicar que "el Estado facilite que en los puertos y aeropuertos se realizarán pruebas a los que lleguen", algo "fundamental si queremos atraer la actividad económica vinculada al turismo". A ello añadió cuestiones como dar a los municipios "información clara" sobre cómo llevar a cabo las fases de desconfinamiento, así como mantener ayudas económicas para los negocios. Además, incidió en la necesidad de "dotarse ya el REB y una financiación estatal importante para la recuperación económica de Balears".
