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Diario de una madre teletrabajadora

La fase cero que podría ser la uno

Día 44. Si fuera una de las Spice Girls, mi hija elegiría la deportista. Desde que salimos una hora todos los días y el verano ha llegado...

La fase cero que podría ser la uno

Día 44. Si fuera una de las Spice Girls, mi hija elegiría la deportista. Desde que salimos una hora todos los días y el verano ha llegado de repente, la motivación se le ha disparado hasta el infinito y más allá. "¿Qué tal estoy?", me interrumpe por quinta vez la lectura de una interminable lista de correos electrónicos. Se ha puesto un culote de ciclista, una camiseta del Rotlet Molinar herencia de un vecinito y los guantes de esqueleto que trajo el Ratoncito Pérez. Le contesto que maravillosa y me informa de que se va a correr delante del espejo para calentar, y que quiere bajar hoy a la calle los patines y la bici. Poco se habla de los triatlones infernales que padecemos las madres reconvertidas en utilleras de nuestros retoños deseosos de recuperar el tiempo perdido. Ella ha encontrado en el ejercicio su clavo ardiendo, ahora que sabe que no volverá al colegio hasta septiembre. "Segundo no ha durado nada", se queja, y se pone a hacer un listado de deportes de equipo que quiere practicar cuanto antes porque está "muy harta de las manualidades". No tanto como yo, le contesto. Hace semanas que no tiro ningún envase a la basura porque veo en cualquier envoltorio una posibilidad artística con los bazares cerrados y un goteo que no cesa de tareas imaginativas para el curso virtual. "Yo lo que no entiendo es por qué estamos en la fase cero si antes no nos dejaban hacer nada y ahora podemos salir una hora y un kilómetro. Podríamos estar en la fase uno", suelta él y me emociono tanto que le apretujo y le besuqueo, feliz de observar un fisura en su coraza refractaria a las matemáticas. Ni idea de por qué los expertos se niegan a empezar a contar desde uno, como hacemos el resto de los mortales. Al revelarle que en la fase uno abrirán la peluquería y perderá esa melenita de Beatle de la que está tan orgulloso intenta convencerme de quedarse en la cero, que al menos es un número redondo.

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