"Nuestros pacientes que a su vez son personal sanitario precisan cosechar una prueba de coronavirus negativa antes de que les permitamos reincorporarse a su puesto de trabajo", detalla el responsable de las unidades de atención domiciliaria apelando a la lógica de evitar que los cuidadores se conviertan en un foco de nuevos contagios.

Aunque no puede precisar cuántos de sus actuales 534 pacientes en Mallorca ejercen esta profesión (las cifras de ayer hablaban de 139 sanitarios infectados y 239 en vigilancia en esta isla), sí admite que con los ciudadanos normales se actúa de otra manera.

"A ellos les damos el alta tras catorce días de aislamiento y sin síntomas en los tres últimos", diferencia. También se encargan del seguimiento de aquellos pacientes que, habiendo estado hospitalizados, han sido dados de alta de forma "prematura" al no manifestar síntomas preocupantes y con el objeto de dejar camas libres para enfermos que las precisen más.

Altas hospitalarias

"A ellos les controlamos desde que salen del hospital hasta que cumplen los catorce días preceptivos en su domicilio, que es cuando les damos el alta definitiva", añade el coordinador.

No quiere concluir Raduán sin detallar todo el despliegue de personal que requiere el funcionamento de todo el dispositivo asistencial que coordina. "Para atender nuestros trece vehículos empleamos a 77 personas, médicos, enfermeras y técnicos, de lunes a domingo. Nuestra central de atención emplea a otras 45 personas entre médicos, enfermeras, técnicos y comadronas", concluye.