Las cinco primeras semanas del estado de alarma provocado por el coronavirus le han costado a Balears 905,8 millones de euros, o lo que es lo mismo, perder un 2,8% de la riqueza que las islas generan en un año, según el último informe elaborado por la Fundación Impulsa, de la que forman parte tanto el Govern como un amplio número de empresas. En ese recorte hay un sector que aparece claramente destacado como el más perjudicado, ya que la hotelería y la restauración concentran el 49% de esa reducción, lo que supone casi 444 millones de euros.

El alcance de estas pérdidas se ha intensificado a lo largo de la semana del 13 al 19 de abril, al coincidir ya con un periodo en que la planta hotelera y los negocios de su entorno comenzaban a funcionar, y el retorno a la actividad de sectores como la construcción o la industria, una vez superados los días de parada con los permisos retribuidos, no ha sido suficiente como para compensar la paralización que se mantiene en la actividad turística. Así, solo durante esa quinta semana la pérdida económica se cifra en 293,7 millones de euros, por encima de los 277,2 millones de los siete días previos.

Como se ha indicado, la hotelería y la restauración balear, por su evidente vinculación con la actividad turística, se destacan como los sectores empresariales que están soportando el impacto más duro, con una pérdida estimada en los 444 millones antes señalados. Pero no son los únicos en sufrir cuantiosos recortes. La construcción está agrupando el 22,9% del recorte económico acumulado en esas cinco primeras semanas, lo que equivale a unos 207 millones de euros.

A continuación aparece el comercio, en el que se concentra el 12,7% de las citadas pérdidas, lo que supone unos 115 millones de euros, al que siguen el transporte, con el 9,2% (83,3 millones de euros) y las actividades recreativas, con el 5,1% (46,2 millones de euros).

Además de cuantificar las pérdidas registradas hasta ahora por la economía balear, la Fundación Impulsa ha incorporado en esta ocasión a su informe la valoración y expectativas de las empresas implantadas en el archipiélago, con el balance de que el 80% de ellas califica como muy negativo el primer impacto económico de la crisis, porcentaje que se eleva al 86,8% en el sector servicios.

Hay que tener en cuenta que casi la totalidad del tejido empresarial (un 98,2%) afirma padecer una caída en sus ingresos, en las ventas o en sus operaciones, y un 82,4% ha tenido que cerrar temporalmente algún centro de trabajo. En cualquier caso, esta bajada de ingresos media padecida hasta ahora, de un 79%, está siendo más acentuada que la que se está dando en el ajuste temporal de las plantillas, de un 66%.

El principal riesgo que se apunta es la falta de liquidez, lo que explica que las medidas más reclamadas son las exenciones y aplazamientos en los pagos a la Seguridad Social y a Hacienda.

Un dato a destacar es que tres de cada cuatro empresas ya se están preparando para los futuros escenarios económicos.