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Lletra menuda

Montero pone el freno a Baleares

Si Francina Armengolquiere que el regreso a normalidad se haga a partir de la menor incidencia del coronavirus en Baleares con respecto a la península, que se atienda a la fuerte caída del PIB y que los ERTEs puedan alargarse en base a la falta de producción, tendrá que negociarlo, o más bien suplicarlo, sin intermediarios ante Pedro Sánchez.

Se está reproduciendo la historia del REB y detrás de ella quién sabe si permanece latente la pugna entre Susana Díaz y el presidente del Gobierno. Lo que está claro es que Baleares no avanzará un paso con la ayuda de Maria Jesús Montero. La locuaz ministra de Hacienda pisó ayer un brusco frenazo ante cualquier aspiración, por parte de este archipiélago, de despegar de la aguda crisis actual en base a su realidad y a su necesidad. Uniformidad en vez de pluralidad y evidencia, este es el criterio que mantiene la exconsellera de Hacienda de Andalucía que tampoco estaba de acuerdo en que Baleares tuviera un trato fiscal consecuente con su aportación estatal.

Montero echo balones fuera, empujados por su acostumbrado verbo torrencial, al ser interpelada por el jefe de informativos de IB3 radio. Josep Pons le expuso la conveniencia de tirar un cable a la maltrecha economía de estas islas turísticas en forma de avances en el desconfinamiento y recepción de vuelos escandinavos, dada la menor incidencia del coronavirus en aquellas latitudes.

El problema, la cuestión de fondo, radica en un punto de partida superficial que puede modificar los conceptos de los términos utilizados por la ministra en su evasiva. La cautela, la prudencia y la seguridad que deberán avalar técnicos europeos, según ella, no tienen porqué ser incompatibles con una atención específica y diferenciada con respecto a Baleares. Es más, reaccionar en base a las circunstancias actuales del archipiélago es también un comportamiento prudente y cauteloso. En definitiva, la insularidad tampoco se reconoce en tiempos de pandemia.

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