Un mes después de que la economía balear entrara en hibernación, el Govern hace balance sobre el impacto económico en Balears de la Covid-19: una pérdida de más de 147.700 puestos de trabajo, lo que supone una caída de la ocupación del 29,2% y del 31,6% del PIB, que se eleva a 9.273 millones de euros.

El conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, prevé un "arranque muy moderado en agosto" de la temporada con "pequeños incrementos" en los próximos meses.

Negueruela y Llorenç Pou, director general de Modelo Económico y Empleo, comparecieron ayer en rueda de prensa telemática para dar cuenta del panorama en una comunidad autónoma en la que el sector turístico, su motor "se ha parado de golpe hace un mes". El conseller, que agradeció a los ciudadanos que siguen trabajando para que "la vida continúe", cree que es "el momento de grandes pactos" ante una situación que "no nos podíamos imaginar" que tendría tanto alcance.

De hecho, el parón económico en esta crisis "sin precedentes", se ha traducido en la presentación de 18.000 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) -frente a los 50 anuales de años precedentes-, que afectan a 158.000 trabajadores, cifra cercana a las primeros cálculos de la Conselleria. Negueruela recalcó su "agradecimiento a las empresas" que han optado por la vía de los mecanismos de protección a sus plantillas. En este sentido, alrededor de 50.000 fijos discontinuos que todavía no se habían incorporado también han sido protegidos por los ERTE.

Pou detalló cómo su dirección general ha elaborado un estudio atendiendo a varios escenarios en una de las comunidades con mejores resultados sanitarios, por lo que se puede posicionar como "destino seguro". Se ha tenido en cuenta la reducción del consumo, la inversión y la caída de la demanda turística.

En un contexto de pandemia y fronteras cerradas, pendientes de las medidas que vaya a tomar el Gobierno alemán, con países que "ha tardado demasiado" en reaccionar, subraya el conseller, como el Reino Unido, y con una UE que aconseja no viajar en verano, la única carta, menor, bajo la manga es el turismo nacional al que apelarán todas los destinos del Estado, los cuales tienen a su favor infraestructuras viales y ferroviarias pagados por todos. Se trata de un mercado que se verá mermado por la caída de las rentas familiares, por lo que se retrairá, reconoce Negueruela, en una comunidad autónoma que tiene que lidiar con "elementos de distorsión", porque viajar a las islas es más caro por el transporte aéreo .

Negueruela dice que se tendrá que compensar con las tasas aéreas de Aena o control de precios, por ejemplo. Interpelado por la petición de patronales turísticas que proponen extender el descuento de residente del 75 % a los turistas nacionales, dice que "no se descarta ninguna" medida aunque avisa de que se deberá estudiar si hay encaje legal para hacerlo. Junto con el sector, el Govern analizará cómo poner en marcha de nuevo el motor turístico, descartando la suspensión de la ecotasa, que no resta competitividad ni se cobra en unas islas vacías de turistas, destacó el conseller.