Las playas, paseos, calles y terrazas de Mallorca insólitamente vacíos esta Semana Santa pueden dar paso a un escenario peor: un verano con las fronteras cerradas. Desde el destino puntero en turismo internacional que es Mallorca nos preparamos ante esa realidad. Por las restricciones sanitarias en todo el mundo y el impacto psicológico de la pandemia nadie sabe cuándo los turistas se sentirán seguros de viajar otra vez.

Ya hay voces que auguran un inminente cierre de fronteras en España y fomentar, con limitaciones, el turismo nacional. Ese del que Balears tiene una pequeña cuota: 2,65 millones en 2019, frente a los 13,6 millones de viajeros internacionales.

En el verano en que el archipiélago debía probar la efectividad de su decreto contra el turismo de excesos -el as bajo la manga con el que conseller Iago Negueruela se estrenó en Turismo- y el Ayuntamiento de Palma su aplicación para reducir las aglomeraciones en Ciutat un 40 %, el panorama dibuja unas islas vacías, excepto por el turismo interislas y el nacional.

La recuperación del sector turístico estará encabezada por el mercado español, que será "el primero en recuperarse", explicó la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, el miércoles pasado. Se hará de forma progresiva y España pondrá en marcha una campaña, para visibilizar "esa seguridad" y se garantizará que la oferta alojativa está adaptada a través de la monitorización de la situación.

Ante el escenario de una España aislada en verano, la presidenta Francina Armengol, tras reunirse el jueves santo con los portavoces parlamentarios, que le trasladaron esa inquietud, manifestó desconocer la cuestión y que, más allá de que el estado de alarma se extiende hasta el día 26 de abril, no tenía ninguna otra noticia sobre medidas más drásticas que quiera tomar Madrid. Desde el gabinete de la Secretaria de Estado de Turismo, Bel Oliver, indican que todo está en el aire y dependerá de lo que decidan las autoridades sanitarias.

Para el presidente de la Agrupación de Cadenas Hoteleras (ACH) de Balears, Gabriel Llobera, el cierre de fronteras "es un escenario probable, pero no es seguro", y apunta que hasta el CEO TUI en Alemania, Marek Andryszak, es "más optimista". En un medio alemán se declara convencido de que en verano habrá viajes, con precios más bajos y de que 2021 será un año similar a 2019.

"Primero tenemos que esperar un mes y ver cómo evoluciona la crisis sanitaria", dice Llobera. "Será complicado abrir en temporada alta porque no solo dependemos de España, sino de los destinos emisores, que van a otro ritmo de la pandemia". Sin embargo, avisa, "los empresarios debemos estar preparados para no abrir esta temporada, y a la vez tener la opción, si cambian las circunstancias", de tener lista la planta hotelera para "poder abrir algún establecimiento". Por ello el presidente de la ACH considera que Balears debe "dar ejemplo de buenas prácticas y trabajar con Europa para adelantarse"y para ello reclama que el Gobierno actúe en esa línea con los otros países. "No podemos cuantificar el número de establecimientos que podrían intentar abrir sus instalaciones" esta temporada", declara María José Aguiló. La vicepresidenta ejecutiva de la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM) advierte que una vez se levante el estado de alarma habrá que ver "qué medidas, protocolos y garantías se tienen que dar" para reanudar la actividad, "pero obviamente dependemos mucho del factor internacional y del estado de los consumidores en los principales mercados emisores europeos".

Una vez vista "la mayor o menor permisividad a los viajes se podrán plantear diferentes escenarios", agrega Aguiló, a la vez que reconoce que "el volumen del mercado nacional e interislas no es suficiente para mantener abierta mucha planta hotelera, pero también es cierto que necesitamos que con las medidas adecuadas y en el momento oportuno se pueda mantener cierto nivel de actividad en el sector turístico, no solo en el del alojamiento, porque nuestra economía y nuestro destino lo necesita".

China empieza a viajar

"La palabra de moda es, con razón, incertidumbre", dice Aleix Calveras, doctor en Economía de la UIB. Por tanto, "no se puede descartar" un verano con fronteras cerradas, que dependerá de la evolución de la pandemia en los distintos países, entre ellos el nuestro". La industria turística es la que más tiene que decir "por sus previsiones". Calveras señala que "otro ángulo, por el que, tal vez, entrever qué puede suceder en verano es fijarse en cómo están gestionando el transporte (y el turismo) nacional e internacional países que parece se encuentran en una fase más adelantada en la curva de contagios", salvando las diferencias existentes.

Fuentes de la intermediación turística con presencia en Asia confirman que en China ya hay "una tímida recuperación del turismo doméstico". Se empieza a romper la barrera del miedo en un país en el que en 2019 se hicieron 166 millones de viajes internacionales.