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Diario de una madre teletrabajadora

Plantada en medio del pasillo

Día 23. Últimamente, paso mucho tiempo en el pasillo. En concreto, en el centro del pasillo, preguntándome si voy o vengo. "¿A dónde iba yo?"...

Plantada en medio del pasillo

Día 23. Últimamente, paso mucho tiempo en el pasillo. En concreto, en el centro del pasillo, preguntándome si voy o vengo. "¿A dónde iba yo?" Y mi niña, que no pierde ripio, me lo recuerda: "A por la tijera". En efecto, iba a por la tijera porque la cortina tiene un hilo suelto que amenaza con descoser todo el dobladillo, y por suerte lo he dicho en voz alta. "Voy a cortar ese hilo o nos quedamos sin cortina". Pero junto a la alfombra me he encontrado una cabeza de playmobil y me he desviado hasta la caja de juguetes. Entonces he visto que los libros se habían volcado en la estantería y los he puesto rectos. Al agacharme he divisado una pelusa del tamaño de un puño y he ido a por mi escoba aspirador. La he pasado por debajo de la mesa, y he vuelto a la cocina, donde ha sonado un mensaje del teléfono. Para contestarlo, he necesitado ir hasta el cajón de los documentos, que está muy revuelto. Lo he ordenado, y he regresado al teléfono. Me he acordado de que no he reenviado un artículo de opinión para el fin de semana, así que lo he hecho y de paso he mirado las noticias en una aplicación. Entonces ha sonado la alarma de la lavadora, de manera que he tendido la ropa. Una camiseta ha salido con la manga todavía sucia por un estornudo al codo, me la he llevado de vuelta y la he rociado de quitamanchas. He acabado el bote, y he ido a buscar el recambio al baño. Me he agachado a recoger las zapatillas de andar por casa de mi hijo, que siempre están esparcidas por doquier, y en su habitación he puesto recta la alfombra. Me ha venido el flash de que no he sacado del congelador los filetes de pollo para la cena, y he ido corriendo. Después me he lavado las manos por enésima vez, rumiando en movimiento si ponerme algo de hidratante, que las tengo fatal. Entonces me he visto plantada en medio del pasillo, sin saber si voy o vengo, y he gritado: "¿A dónde iba yo?" "A por la tijera, mami".

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