"El otro día estaba hablando con compañeros de mi hijo y me dijeron que estaban saliendo a hacer trabajos de desinfección a pelo, sin medidas de seguridad. Y sentí que mi hijo me hablaba, me decía que tenía que hacer algo". Juan José Jiménez, el padre del legionario mallorquín Alejandro Jiménez, que murió hace poco más de un año en un controvertido accidente durante unas maniobras en Alicante, ha utilizado sus contactos y dinero para hacerse con 10.500 mascarillas de alta calidad, que piensa entregar en la base de la Legión de Viator (Almería), donde estaba destinado su hijo.

"Es un gesto para aquello que mi hijo amaba, que no tiene nada que ver con los hijos de p... que se encontró aquel día", prosigue Juan José Jiménez. "No quiero que haya ningún entierro más de un legionario a causa de esta epidema".

Jiménez, piloto del Centro de Salvamento Marítimo de Cádiz, tiró de sus contactos y dinero. A través de un amigo con conexiones en el extranjero ha conseguido 500 mascarillas homologadas FP2. Posteriormente descubrió que había un grupo de costureras de un pueblo de Cádiz que estaban produciendo a destajo mascarillas reutilizables de alta calidad. Para finales de semana está previsto que reciba una remesa de otras 10.000 de estas mascarillas.

"Mucho, pero poco", comenta cuando se le pregunta cuánto se ha gastado. "Y si yo he podido, no sé por qué las instituciones tienen tantos problemas para conseguir estas mascarillas", comenta Jiménez, que está preparando el traslado del material a la base de la Legión de Viator, donde estaba destinado su hijo. "Ahora estoy haciendo gestiones para que la Legión me facilite un salvoconducto para llevarles las cajas."

El pasado 25 de marzo se cumplió un año de la muerte de su hijo Alejandro, tras recibir un disparo en el pecho en unas maniobras en Alicante, en unas circunstancias extrañas que todavía están siendo investigadas por un juzgado togado militar.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Muerte de un legionario mallorquín: Un año buscando la verdad

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO