Se trata de la estrategia que se viene repitiendo ante cualquier acontecimiento de envergadura y ante cualquier crisis: grandes reuniones de las que no queda nadie fuera, la imagen de unidad y de apoyo de las entidades de las islas, la comparecencia, el anuncio de medidas y la reivindicación, con un tono u otro, ante Madrid. La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha desarrollado en estos años un estilo propio de enfrentarse a las dificultades. Da igual que se trate de los efectos de la torrentada, de la quiebra de Thomas Cook o del REB. El patrón siempre coincide. Siempre son los mismos pasos. En la crisis del coronavirus, sin comparación posible, ha aplicado también ese estilo, aunque intensificando todo el trabajo: más reuniones, más contactos y más comparecencias. Y es que ante el vuelco en la agenda política de la legislatura, con los baleares encerrados en sus casas, los devastadores efectos que tendrá en la economía y el goteo de muertes, Armengol se enfrenta a su peor crisis como presidenta.

Cuando la epidemia del coronavirus empezó a coger dimensión, cuando el lunes posterior al 8-M el Gobierno informó de un aumento de casos en todo el país, Armengol puso en marcha la dinámica de otras veces. Así, su primer paso fue una reunión interinstitucional en Can Campaner, encabezada por ella y los responsables de Salud y en la que citó a todos sus consellers, presidentes insulares, el presidente de la federación de ayuntamientos (Felib), la delegada del Gobierno e incluso el Obispo. Con once casos detectados en las islas, su primer mensaje fue un llamamiento a la tranquilidad, de confianza en los protocolos, y de que la situación estaba controlada. A tenor de los datos de las últimas semanas, queda claro que no lo estaba, ni en las islas ni en ninguna parte.

Desde entonces las reuniones que ha mantenido han sido continuas: con el resto de partidos políticos, con patronales y sindicatos, con los técnicos de salud, con las gerencias hospitalarias, con científicos y por supuesto con su gabinete y equipo más próximo. Lo que ha cambiado es el formato, ya que, desde la declaración del estado de alarma, la mayoría de estas reuniones se hacen por videoconferencia. Sólo algunos encuentros han tenido lugar en el Consolat, a donde la presidenta acude cada día, del mismo modo que el grueso de su gabinete, y donde hace sus videoconferencias.

Si del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha trascendido que acaba tomando las decisiones rodeado de un núcleo reducido, en el caso de la presidenta del Govern esas decisiones buscan un aval muy amplio, con mucha información sobre la mesa, tomando el pulso y escuchando a los diferentes actores. Mientras, su gabinete se centra en cómo comunicar esas decisiones.

Descordinación inicial

Naturalmente, con quien más contacto tiene estos días es con la consellera de Salud, Patricia Gómez. La presidenta recibe durante el día inf0rmación actualizada de la crisis sanitaria: los positivos, los fallecimientos y el estado de los hospitales.

Sus comparecencias han sido continuas con cada nuevo escenario que se ha ido abriendo. La primera semana, antes del estado de alarma, el ritmo de los acontecimientos la llegó a coger a contrapie. Así, mientras el Gobierno anunciaba el cierre de las conexiones con Italia, en aquel momento principal foco de la pandemia después de China, un crucero con 3.000 pasajeros procedente de Italia desembarcaba con total normalidad en Palma. La presidenta tuvo que actuar a posteriori, pidiendo al día siguiente prohibir la entrada de cualquier crucero a Balears. El Gobierno la escuchó y aprobó ese mismo día la restricción a las embarcaciones.

Ese mismo día, negaba en una comparecencia tras reunirse con el sector económico que se fueran a suspender las clases, pese a que Educación ya había pedido a los colegios prepararse para ello. El anuncio de Sánchez del cierre de colegios unas horas después la obligó a comparecer por segunda vez en un día para desdecirse de su propia negativa.

Desde entonces y probablemente para evitar esa descordinación, ha ido compareciendo siempre después del presidente del Gobierno, con quien se ha reunido por videoconferencia con el resto de presidentes autonómicos los últimos domingos.

Precisamente, desde que se declarara el estado de alarma y confinamiento y con la oposición acusándola de "ir a remolque", Armengol ha tratado de ir un paso por delante del Gobierno, exigiendo más medidas de las que se iban decretando, como el cierre de puertos y aeropuertos para aislar a Balears o la paralización de las actividades económicas no esenciales, medidas que antes o después ha acabado aprobando el Gobierno.

Compra de mascarillas

Un paso por delante del Gobierno ha tratado de ir también en la gestión de las compras de material sanitario. Evitando de inicio las críticas que hacían otros líderes autonómicos como la presidenta de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, y pese a que el decreto del estado de alarma preveía la centralización de las compras, el Govern negoció por su cuenta la adquisición de mascarillas y demás equipos de protección para los sanitarios. Un anuncio que pudo hacer en su comparecencia ante un Parlament a medio gas el pasado lunes 23, para neutralizar la principal crítica de los partidos de la oposición, que trasladaban la denuncia de los profesionales sanitarios por la falta de material.

Pese a haber evitado inicialmente la crítica directa a Pedro Sánchez, después de su última reunión con él por videoconferencia levantó el tono cuando denunció que el material sanitario suministrado por el Gobierno central a las islas era insuficiente y que desde el inicio de la crisis sanitaria y hasta entonces, salvo 110.000 mascarillas, suficientes sólo para una semana, todo el material, incluidas 24 toneladas llegadas desde China, lo había tenido que comprar el propio Govern.

Esta última semana ha lanzado nuevas propuestas ya pensadas para cuando se supere la crisis sanitaria, como medidas específicas para activar la economía de Balears o levantar antes las restricciones del estado de alarma si la situación de la pandemia es mejor en las islas que en otras comunidades autónomas.

Sin duda, la presidenta del Govern se enfrenta en estos momentos a su mayor reto desde su llegada al Consolat. Por delante quedan meses de enorme dificultad para una presidenta para la que ya han cambiado todos sus planes de la legislatura. Armengol, ante su peor crisis.

Cronología

9 de marzo: Reunión interinstitucional ante el estallido de la crisis del Covid

El mismo día en el que el Gobierno anunciaba un aumento de contagios, la presidenta reunía a todo su Govern, presidentes insulares, Felib, delegada del Gobierno e incluso al Obispo en una reunión interinstitucional para afrontar la crisis.

12 de marzo: Encuentro con el sector económico y dos comparecencias en un día

La presidenta se reúne con patronales y sindicatos. Al concluir descarta la suspensión de las clases. Sin embargo, horas después debe desdecirse ante el cierre de colegios al que emplaza el Gobierno de Pedro Sánchez a todas las comunidades.

13 de marzo: Cierra discotecas y gimnasios y pide restringir vuelos a Balears

Después de haberse prohibido ya eventos multitudinarios y haberse suspendido las clases, ordena el cierre de discotecas y gimnasios y limitar aforos de restaurantes y bares. Plantea al Gobierno restringir la llegada de vuelos.

15 de marzo: Exige que el estado de alarma cierre puertos y aeropuertos

Después de haberse decretado el estado de alarma pide en una reunión por videoconferencia con Sánchez el cierre de los puertos y aeropuertos de Balears para blindar las islas. Pide que no vengan más turistas mientras dure el confinamiento.

16 de marzo: Reunión con el sector económico y anuncio de medidas de liquidez

Con el inicio del confinamiento, la presidenta vuelve a reunir a patronales y sindicatos y plantea las primeras medidas por parte del Govern para salvar la economía con ayudas de liquidez a las pymes a través de créditos de ISBA.

18 de marzo: Contacta con los hospitales y pide a Sanidad por el suministro

La presidenta mantiene una videoconferencia con la consellera de Salud, Patricia Gómez, y el director del IB-Salut, Juli Fuster, con los hospitales. Insiste en pedir a Sanidad que haga llegar los suministros suficientes para el personal sanitario.

23 de marzo: Anuncia en el Parlament que comprará material a China

Después de haberse suspendido la semana anterior, Armengol comparece ante un Parlament de mínimos para informar de la situación. Ante las críticas de "ir a remolque" anuncia que el Govern comprará mascarillas directamente a China.

26 de marzo: Alerta de que "vienen días complicados" y más contagios

De nuevo con la consellera Patricia Gómez y con Juli Fuster mantiene una reunión con los directores

de los hospitales. Alerta de que "vienen días complicados" y que seguirán aumentando los contagios

y las muertes en el archipiélago.

29 de marzo: Estalla contra el Gobierno y avisa que el material no basta

Después de una nueva reunión por videoconferencia con Sánchez denuncia que el único material que ha llegado de Sanidad basta para una semana y que todo el resto, 23 toneladas de mascarillas y equipos, lo ha tenido que comprar el Govern.

2 de abril: Reclama alargar las medidas económicas "hasta el verano"

La presidenta Armengol defiende que el Gobierno alargue en las islas hasta el verano las medidas de protección de los trabajadores una vez se levante el estado de alarma y plantea adelantar el fin del confinamiento en las islas si remite el virus.