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Entrevista

Jeroni Valcaneras: "Balears necesitará ayudas públicas durante un año"

"No recuperaremos una actividad económica normal hasta la Semana Santa de 2021" - "Perderemos al menos a un 15% de los autónomos"

P ¿Cuál es la situación de los trabajadores autónomos tras más de dos semanas de estado de alarma?

R Hay opiniones confrontadas. Hay una cierta alegría porque por primera vez tienen una ayuda económica del Estado por el cese forzoso de su actividad, que les puede ayudar a pasar estos meses; por primera vez hemos podido hablar de aplazamientos de cuotas a la Seguridad Social, e incluso de suspensión en algunos casos, y eso es histórico y algo por lo que nos tenemos que felicitar. Pero por otra parte, seguimos pensando que las medidas que se han adoptado son insuficientes y no deben de detenerse aquí. Las necesidades que tiene un autónomo o una pyme son diferentes a las que tiene un trabajador por cuenta ajena, que ya está bastante cubierto, y seguimos reclamando nuevas iniciativas.

P ¿Hay algún grupo de autónomos especialmente afectado?

R Sobre todo los que desarrollan una actividad vinculada al sector servicios, y en Balears especialmente en el turismo, que es de lo que comemos todos. En las islas tenemos una parte de esos autónomos, más destacable que en el resto del país, que son los de temporada y que el pasado día 14 aún no estaban de alta porque no habían abierto su negocio, que van a seguir sin poder abrir y que además se han quedado fuera de esas ayudas porque una de las condiciones era precisamente estar ya de alta en esa fecha. Ahora no saben cómo pagar las inversiones que han hecho en género y en material para este verano, al que no van a poder dar salida porque ya vemos que se da por perdida la temporada turística de 2020. Eso supone un problema muy gordo.

P ¿Qué balance hacen de las medidas ya aprobadas para los autónomos?

R La primera ha sido más simbólica de lo que realmente va a suponer para ellos, como es esa prestación para la gente a la que se obligó a cerrar, de unos 700 euros mensuales, y la suspensión de cuotas, lo que supone un ahorro de unos 300 euros al mes. La importancia no está en la cantidad económica sino en lo que supone de avance, de paso adelante que no teníamos antes. Las grandes medidas que nosotros esperábamos son la cobertura de las hipotecas, que ya ha llegado, y tenemos pendientes la de los alquileres y el apoyo financiero para cubrir préstamos, leasing, renting y otras cargas financieras que sí suelen tener autónomos y pymes y no los particulares.

P Menciona como asignatura pendiente la ayuda para hacer frente a los alquileres de los locales. Teniendo en cuenta las rentas que se pagan en Mallorca ¿es ese un punto básico?

R Es la ayuda más importante que necesitamos, porque la mayoría de los autónomos no tiene hipoteca porque no es propietaria de sus locales, sino que en su mayor parte se trata de inquilinos que pagan un alquiler. La ayuda para las hipotecas está bien, pero la grande, la que más esperamos, es la suspensión de las cuotas del alquiler y los ya mencionados renting y leasing de maquinaria o vehículos, que es lo que realmente está asfixiando al autónomo. El señor que tiene una hormigonera y ahora paga 3.000 euros de renting al mes, y ve que desde el lunes está parado y que la temporada está perdida, está teniendo que hacer frente a un problema para el que la ayuda que recibe es claramente insuficiente.

P ¿Están encontrando sensibilidad entre los propietarios para negociar una reducción de esos alquileres?

R Sí, cuando son grandes empresas o inversores no suele haber demasiados problemas para aplazar los pagos. Estos llegan cuando son pequeños propietarios que en muchos casos viven de esos alquileres y se quedan sin nada si no cobran, y que también deberían de recibir ayudas por parte del Estado.

P ¿Los autónomos han sufrido agravios comparativos frente a las ayudas conseguidas por otros grupos sociales o económicos?

R Tenemos una serie de problemas a la hora de acceder a los ERTEs que deberían de solucionarse. Las ayudas no están llegando igual a los autónomos según un tipo de actividad u otro. Los que se vieron obligados a cerrar el 14 de marzo no tienen problemas y pueden acceder a un ERTE por fuerza mayor. En cambio, en las actividades no incluidas en ese real decreto nos encontramos con una inseguridad jurídica brutal, porque hay criterios diferentes en cada comunidad autónoma.

P El ERTE por fuerza mayor exige mantener la plantilla durante seis meses. ¿Eso es un problema por la estacionalidad balear?

R Eso es una barbaridad, sobre todo en las islas. Si salimos del estado de alarma a finales de mayo como esperamos, y se alargan más nuestras medidas en Balears, nos podemos encontrar con que tendríamos que mantener la plantilla hasta enero o febrero del próximo año, en plena temporada baja. Eso es condenar a que los ERTEs se conviertan en recortes de plantilla definitivos.

P Cuando se habla con los sectores empresariales, todos marcan diferencias entre la actuación que está manteniendo el Govern balear, que se alaba, y la del Ejecutivo central, que recibe muchas críticas, pese a que son del mismo color político.

R Es chocante, porque al ser del mismo color político deberían de fluir más esas políticas comunes en favor de las islas, pero al final no es así. Nos damos cuenta de que haya el Gobierno central que haya, al margen de quién lo presida, acabamos siempre malparados. Todos los que vivimos en Balears deberíamos de reflexionar y hacer crecer nuestra voz, y no ir a remolque siempre de lo que dice Madrid. Hemos de pelear más por lo nuestro.

P ¿El Govern de aquí está siendo más sensible ante sus reclamaciones?

R Sí, porque además está más cercano. Y puedo decir que el Govern actual es muchísimo más abierto al diálogo que los Ejecutivos autonómicos que hemos tenido hasta ahora, fueran del color que fueran. No pasa lo mismo con el estatal.

P Si algo es recurrente, es la acusación de improvisación contra el Gabinete de Pedro Sánchez.

R Tenemos la percepción de que llegan siempre tarde. Patronales y sindicatos advierten al Gobierno central de una serie de medidas que se deberían de ir tomando, y no se toman hasta que ya es inevitable. Van a remolque de los acontecimientos, cuando la evolución de la pandemia parecía clara, a la vista de lo sucedido en Italia. El confinamiento debería haber llegado antes y ser más radical.

P ¿Miedo a parar la economía?

R Sobre todo. Han pecado de prudentes y han tenido miedo de frenar el país, cuando se veía que era inevitable hacerlo y todos asumíamos las consecuencias. Es verdad que es muy difícil gestionar algo así, y a mí no me gustaría verme en su piel, porque hagan lo que hagan les van a cortar la cabeza.

P Si se mantiene el estado de alarma hasta mayo ¿cuántos autónomos van a quedar por el camino desde el punto de vista económico? Actualmente hay unos 90.000 de alta.

R En un principio calculamos una pérdida del 50%, pero con el último paquete de medidas hemos reducido esta tasa a un tercio. Si se amplían las ayudas a alquileres y cargas financieras, eso se puede reducir bastante. Pero desgraciadamente, creo que tendremos pérdidas de al menos un 15% de los autónomos.

P ¿Y qué pasa una vez se levante el estado de alarma?

R La temporada turística de este año va a ser prácticamente nula. Creo que hasta la Semana Santa de 2021 no vamos a recuperar una actividad económica normal, cuando se reinicie la temporada siguiente, siempre que no haya restos del coronavirus en el mundo. Mientras tanto, vamos a depender de las ayudas públicas que se aprueben y del tiempo que se mantengan. Esas ayudas no pueden limitarse en Balears a dos meses y ya está. El impacto que todo esto va a tener en la economía de las islas va a ser enorme, y esas ayudas deberán prolongarse mucho más en el tiempo. A nivel fiscal y laboral deberían de existir paquetes de medidas destinados a reactivar la actividad, con incentivos para los empresarios a la hora de contratar y de volver a abrir, y para disparar el consumo. Todo eso debería mantenerse a lo largo de este año y sobre todo a principios de la temporada siguiente, dando confianza al empresario para que vuelva a invertir en su negocio, y al consumidor para que salga a la calle y vuelva a gastar.

P Eso supone que las islas van a necesitar de ayudas públicas durante un año.

R Vamos a necesitar de un año con esas ayudas para salir adelante, con un plan muy radical y muy personalizado para Balears, porque las circunstancias que se dan aquí no aparecen en ningún otro sitio. Debe de ser un paquete de medidas diseñado por el Govern de aquí de la mano de patronales y sindicatos de aquí y trasladado a Madrid, para que funcione bien.

P ¿Qué medidas serán necesarias?

R Reducción de cuotas a la Seguridad Social para facilitar la contratación, beneficios fiscales para que se puedan reactivar las inversiones empresariales...

P ¿Los autónomos tienen reservas financieras para resistir?

R Cuando uno se hace autónomo sabes que debes de hacerte un colchón de ahorro porque en algún momento las cosas pueden ir mal, y no tenemos ayudas ni paro. O se hace ese colchón, o no vuelves a dormir. La mayoría tiene algo para poder aguantar, pero la desaceleración económica del último año los ha debilitado. Algo que hemos denunciado es que cuando el Gobierno crea la línea de avales del ICO, los bancos refinancian todas las deudas de los autónomos para redirigirlas ahí y que las avale el Estado. La banca, que fue rescatada por todos nosotros, ahora se está beneficiando de una pandemia. Al final siempre ganan los mismos.

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