Un indigente de 38 años afincado en Palma acumula nueve denuncias y tres detenciones por incumplir el confinamiento. El hombre ha rechazado todas las ofertas para ser trasladado a un centro de acogida donde cobijarse durante el estado de alarma y anteayer volvió a ser arrestado. En Mallorca han sido detenidas en las últimos dos días otros cinco hombres por desobediencia y, en algunos casos, enfrentarse a los agentes. En Eivissa se han producido dos detenciones y en Menorca, una. Las fuerzas de seguridad han vuelto a extremar la vigilancia este fin de semana ante un posible aumento de los desplazamientos injustificados, especialmente en las carreteras. Más de 7.000 personas y 6.800 vehículos han sido identificados en cientos de controles instalados por todo el archipiélago.

La Policía Local de Palma sorprendió el viernes de nuevo a un indigente malí que está instalado en el Parc de la Mar. Los agentes lo interceptaron en esa zona, donde suele pernoctar y comprobaron que ya había sido sancionado otras ocho veces desde que se decretó el estado de alarma. Dos de esas veces acabó detenido, la última el jueves. Al hombre, que según precisaron fuentes policiales no es agresivo con los agentes, se le ha ofrecido acudir a alguno de los recintos habilitados en la ciudad para los 'sin techo'. Siempre se ha rechazado la oferta. La Policía Local volvió a detenerlo por desobediencia grave.

El viernes fueron arrestados en Palma otros cinco hombres por violar las restricciones. Por la noche, varias llamadas alertaron de que en la carretera de Valldemossa había dos hombres vaciando contenedores y esparciendo la basura por la calle. Cuando la Policía Nacional acudió al lugar, uno de ellos, búlgaro de 38 años, se puso a bailar y lanzó desperdicios a los agentes, por lo que fue detenido. En la avenida de México, un hombre fue sorprendido en dos ocasiones por la calle. La primera vez alegó a que iba a comprar droga; la segunda quedó arrestado. Otro ciudadano fue arrestado tras enfrentarse a los policías y vociferar por las calles, y otro tras explicar que había ido a Palma desde Marratxí para visitar a su abuela y encararse con los funcionarios.

La Guardia Civil, por su parte, detuvo el pasado viernes a un hombre en Inca. El acusado pretendía entrar en un supermercado que ya había cerrado al público. Cuando llegó la patrulla, no atendió las indicaciones de los agentes y se mostró agresivo con ellos. Quedó arrestado por delitos de desobediencia y resistencia.

Mientras, en Eivissa fueron detenidos un hombre de 50 años y una mujer de 41, que ya habían sido sancionados días atrás. En Ciutadella, un hombre de 49 años acabó detenido por celebrar una fiesta con la música a todo volumen en una vivienda y luego causar molestias en la calle.

Controles en las carreteras

La vigilancia está siendo especialmente intensa, un fin de semana más, en las carreteras. La Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías locales de los municipios han aumentando notablemente los controles para evitar desplazamientos a segundas residenciascontroles para evitar desplazamientos a segundas residencias en las islas. Más de 7.000 personas y otros tantos vehículos han sido identificados desde el viernes en Balears. Ayer a mediodía, un control de la Guardia Civil selló la autopista de Inca y se instalaron dispositivos similares en la del aeropuerto o la zona de Portopí. La Policía Nacional y la Policía Local de Palma montaron sendos controles en el Paseo Marítimo.

La vigilancia, como anunció la delegación del Gobierno en Balears, será extrema en los próximos días tras detectarse una relajación en el cumplimiento de las restricciones establecidas para frenar la expansión del coronavirus. En este sentido, la delegación insistió en un comunicado en que el confinamiento "es nuestra máxima protección frente a la pandemia, además de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias."

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