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Abuso empresarial

Denuncian que una ETT se inventa indisciplinas para despedir a sus empleados

Trabajadoras contratadas por una compañía aérea, mediante estas empresas intermediarias, pierden su trabajo por la crisis del coronavirus

Las empleadas que han perdido el empleo trabajaban en el aeropuerto de Palma. b. ramon

La mayoría de empresas de trabajo temporal, conocidas como ETT, se están deshaciendo de sus empleados como consecuencia de la crisis derivada por el coronavirus. Y hay casos en los que están aludiendo a razones disciplinarias, como por ejemplo bajo rendimiento o insubordinación (sin que previamente exista ningún expediente o denuncia) para justificar que se dé por terminada la relación con estos empleados. Estas personas, además, no tienen la posibilidad de sumarse a un ERTE, y han de acudir directamente a la oficina del paro para poder cobrar el desempleo.

Este es el caso de cuatro empleadas del aeropuerto de Palma que han venido trabajando en los últimos años para la compañía Vueling, que las contrató por mediación de una ETT. Debido a la profunda crisis que está sufriendo en estos momentos el sector de la aviación, la compañía ha tramitado un expediente de regulación temporal de empleo, pero no ha podido incluir a estas empleadas del aeropuerto de Palma, debido a que oficialmente no figuran en la plantilla de la empresa.

Es habitual que estas grandes compañías acudan a estas empresas de trabajo temporal cada vez que precisan ocupar una determinada plaza. Estas empleadas trabajan bajo la disciplina de la compañía, en este caso de Vueling, pero el contrato que firman lo hacen con la empresa de trabajo temporal, que es la que se encarga de complementar sus nóminas y de pagarles el sueldo. La ETT se queda con un porcentaje del sueldo. Este método de contratación no solo lo utiliza Vueling, sino que lo hacen otras empresas del sector aeronáutico.

Despidos disciplinarios

El pasado día 20, después de que se declarara el estado de emergencia sanitaria, estas trabajadoras recibieron un correo electrónico, en el que les anunciaban la extinción del contrato laboral, a pesar de que el Gobierno había prohibido despedir a los empleados por razones relacionadas con el coronavirus. En este caso, la carta de despido enviada por Randstad (nombre de la ETT) citaba el artículo del Estatuto de los Trabajadores, que contempla el despido disciplinario. Es un despido unilateral, decidido por una de las partes, en el que el trabajador no tiene ningún tipo de indemnización económica, salvo que lo denuncie en el juzgado y logre que se declare nulo. En la misma carta se les proponía tramitarles la solicitud del paro, quedando a disposición de estas trabajadoras para aclararles cualquier duda.

Esta situación ha conllevado, no solo que estas empleadas se han quedado sin trabajo, sino con la incertidumbre de saber si una vez que se supere esta crisis y se vuelva a la normalidad, van a ser llamadas de nuevo por la compañía aérea, dado que formalmente no forman parte de su plantilla, ya que han estado varios años contratadas a través de un intermediario.

Estas empleadas lo que no están dispuestas a aceptar es que en su hoja laboral aparezca un despido disciplinario, dado que ello podría perjudicarles ante la posibilidad de ser contratadas por otras compañías del sector. Critican que se apele a este motivo, cuando no existe ninguna denuncia formal de la compañía, en la que se queje del comportamiento de sus empleadas de Palma, sino más bien todo lo contrario. De hecho, uno de los responsables de la base de Barcelona contactó con las empleadas de Palma, les comunicó la situación y les dijo que su deseo era seguir contando con ellas, una vez que se haya superado esta crisis. Sin embargo, no saben si este compromiso se cumplirá, dado que ellas no forman parte de la plantilla de Vueling, ni existe ningún tipo de relación contractual.

Una de las empleadas asegura que, además de despedirlas por razones disciplinarias, la ETT no está respondiendo a ninguno de los correos electrónicos que están escribiendo para aclarar la situación. Tampoco responden a las llamadas telefónicas y la oficina está cerrada.

Sin derecho a sumarse a un ERTE

Aunque estos empleados lleven años trabajando bajo las mismas condiciones laborales (aunque no económicas) de los trabajadores que están en plantilla, sus derechos no son los mismos. No tienen derecho a acogerse a un ERTE, lo que les permitiría cobrar el sueldo a través del Estado, sin necesidad de ir consumir el desempleo. Al haber sido contratadas mediante una empresa intermediaria, que ha decidido despedirlas, su única posibilidad para no quedarse sin ingresos es acudir a la oficina del desempleo y cobrar del paro. El tiempo dependerá de los meses de cotización acumulados.

Presentar una demanda judicial por despido nulo es una opción que se están planteando las trabajadoras. Tienen muchas posibilidades de que se les diera la razón, pero no sería a corto plazo, sino dentro de varios años, dado que se teme que esta crisis sanitaria va a provocar miles de demandas por despido nulo y los juzgados ya llevan años saturados. Si se les diera la razón, tendrían derecho a una indemnización por despido nulo, pero la cantidad económica no sería muy alta, dado que tampoco llevan muchos años contratadas por la ETT.

La misma situación que han sufrido estas empleadas que trabajan en el aeropuerto de Palma también se ha producido en otras comunidades. Son muchos los profesionales contratados por estas empresas de trabajo temporal (ETT) que han perdido su empleo y se han visto abocados al paro. Algunos sindicatos ya están denunciando estas prácticas que perjudican a los trabajadores.

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