Las noticias optimistas del coronavirus solo llegan por comparación. La semana en que se llegará al primer millón de infectados en todo el planeta, cien mil de ellos en Españacien mil de ellos en España, y a los 50 mil fallecimientos globales, con diez mil españoles, Balears puede felicitarse de ser una de las regiones con menor tasa oficial de fallecimientosregiones con menor tasa oficial de fallecimientos de todo el Estado.

Los porcentajes por comunidad fluctúan a diario, y los 43 fallecimientos reconocidos en Balears suponen un cuatro por ciento de los 1.069 casos oficiales. Dado que es más fácil falsear los contagios por falta de test que los muertos por el coronavirus, que llevan adjuntado el código C+ en anatomía patológica de Son Espases, el porcentaje real de víctimas mortales sería muy inferior.

Los datos registrados en Balears la colocan en el pelotón de las cinco comunidades por debajo del cuatro por ciento. Todas ellas comparten asimismo un balance de fallecimientos inferior al centenar de personas. El quinteto se completa con Galicia, Cantabria, Murcia y Canarias. Se sitúan sin excepción por debajo de la mitad de un índice español del 8,7 por ciento, que coincide hasta el primer decimal con el vigente ahora mismo en Cataluña. El peso de Madrid vuelve a ser desproporcionado también en lo epidemiológico, con cerca de la mitad de los fallecidos en todo el Estado y un 14,1 por ciento de mortalidad.

Se da la circunstancia de que los dos archipiélagos españoles fueron las primeras áreas del territorio golpeadas por la pandemia, en ambos casos con motivo de su cosmopolitismo, pero que también son las regiones con una mortalidad mas baja. El cuatro por ciento de Balears se ve mejorado por el 3,4 de Canarias, hasta el punto de que los estudios deberán ponderar el factor geográfico. Las consideraciones turísticas, que se impondrán en cuanto amainen los contagios, obligarán a ambas regiones a distanciarse promocionalmente del resto del país. En su actual tesitura, su salud mejoraría si cerraran las fronteras a España y las abrieran a los gigantes europeos menos afectados.

Las defunciones ya registradas, así como el volumen de casos críticos que en España alcanza el ocho por ciento frente al cinco por ciento del resto del planeta y la propagación en curso del coronavirus sitúan a Balears con un horizonte de cien fallecimientos. Es una factura dolorosa, pero que en la actualidad ya ha sido sobrepasada por nueve regiones.

Balears registra unos 23 muertos diarios, por lo que la pandemia equivale hasta la fecha a los fallecimientos registrados durante dos días. Si a este dato se le suma la distinción entre morir por el coronavirus y morir con el coronavirus, el peso estadístico de la enfermedad Covid-19 sería insignificante en el conjunto de 2020.

El pelotón de las cinco comunidades menos castigadas por el virus, entre las que se alinea Balears, cumple con la condición de inscribirse en la periferia del Estado. Todas ellas poseen una dimensión fundamentalmente costera, a la que podrían incorporarse Andalucía (4,4) y Asturias (4,3) siempre a gran distancia de las medias estatales o de la voracidad inusitada del virus en Madrid. La capital está englobada en una de las dos únicas comunidades que superan el escalofriante diez por ciento de víctimas mortales, junto a Castilla-La Mancha.

Al margen de su situación frente a otras regiones, Balears se encuentra también por debajo de la tasa planetaria de un 4,9 por ciento de muertes en relación a los casos totales. Respecto al perfil de las víctimas mortales, se cumplen los patrones de vulnerabilidad asociados principal pero no exclusivamente a la edad, dado que cuatro de cada cinco pacientes consiguen recuperarse en todos los segmentos.

La permanencia de Balears en el agradecido furgón de cola de los fallecimientos por coronavirus no está garantizada. Durante décadas se examinarán al detalle las causas de esta disparidad geográfica, con la precisión de que España ha mostrado una dispersión del virus entre sus regiones muy superior a la concentración en la Lombardía italiana.

Como punto de partida para analizar la inferior mortalidad en Balears pueden valorarse una menor penetración general de la pandemia, una virulencia inferior, la distancia sellada por el mar al foco radial madrileño y la escasa fiabilidad de los datos oficiales, que permite ocultar fallecimientos. Sin olvidar la extraordinaria escuela de la UCI de la Son Dureta clásica, diseminada hoy por los hospitales de Balears.

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