Isabel Ruiz es una de las propietarias de Mallorca que estas últimas dos semanas se pusieron en contacto con su inquilino para ofrecerle una rebaja o la suspensión de su alquiler. "Lo hice sin pensármelo dos veces", explica esta mujer, dueña de un local comercial en Andratx.

La relación con su inquilina se remonta a diez años atrás, cuando alquiló su local para montar una peluquería. "Yo soy pensionista y tengo una artritis degenerativa que me impide trabajar. Pero ella tiene dos niños y tienen que comer. Yo necesito el alquiler, pero ahora mismo ella necesita más ese dinero", explicó Ruiz.

Su inquilina ha tenido que cerrar la peluquería debido a la emergencia sanitaria, por lo que se ha quedado sin ningún ingreso y los 400 euros de alquiler -Ruiz no se lo ha subido en estos diez años- son una losa.

"Nosotros también lo estamos pasando mal. Mi hijo y mi nuera han sido afectados por un ERTE, pero es momento de ser solidarios. En general somos muy egoístas, solo pensamos en nosotros, pero hay gente que lo pasa todavía peor y cada uno tiene que poner su granito de arena", destaca Ruiz.

Y pide al Gobierno que legisle para que este tipo de gestos "no dependan de la buena voluntad de cada uno".

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