El riesgo de que la economía balear entre en recesión a causa del coronavirus se ha disparado. Aunque se considera que el primer trimestre de este año todavía va a registrar tasas de crecimiento positivas, aunque débiles, se da como seguro que el segundo se va a cerrar en negativo, y todas las miradas están puestas ahora en lo que puede suceder entre julio y septiembre. Los economistas consultados advierten de que el riesgo de que el tercer trimestre también se mantenga en caída son muy altas debido a los problemas para reactivar la producción tras un cierre masivo de empresas. Eso sumaría dos trimestres consecutivos con tasas negativas, o lo que es lo mismo, dejaría a las islas en recesión.

Hay un aspecto que se subraya especialmente por los expertos consultados: una paralización de la actividad económica como la que se está viviendo en estos momentos "no es como irse de vacaciones y a la vuelta reabrir el negocio como si nada hubiera pasado", según señala el director de la Fundación Impulsa (participada por el Govern, Antoni Riera. Es decir, volver a poner en marcha la maquinaria económica después de que se levante el estado de alarma va a ser muy complejo.

Los datos facilitados por el propio Govern reflejan lo que esta sucediendo, al estimar que más de 200.000 trabajadores de las islas se van a ver afectados por expedientes de regulación temporal de empleo durante las próximas semanas. Algunos representantes sindicales y economistas creen que esta cifra se va a quedar corta, pero en cualquier caso supone recortar los ingresos de prácticamente la mitad de los asalariados del archipiélago, con lo que ello conlleva de debilitamiento del consumo.

¿Qué está pasando con la economía balear? Para empezar, se venía ya de una fase de desaceleración. Según Impulsa, el ultimo trimestre de 2019 se cerró con un crecimiento de solo un 1,5%, y la estimación para 2020 era inferior al 1%, frente al 2,1% anunciado por el Govern. Pero eso era antes del COVID-19, que ha hecho saltar por los aires todas estas estimaciones.

Según Impulsa, enero y febrero de este año se han saldado con crecimientos, pero los efectos del coronavirus ya se están dejando sentir con dureza en marzo. En opinión de Riera, el empuje de los dos primeros meses permitirá que este primer trimestre se cierre con un crecimiento muy moderado.

El golpe más duro

El impacto más duro se va a producir en el segundo trimestre, y Antoni Riera da como seguro que en este caso la economía balear va a presentar ya tasas negativas por primera vez en mucho tiempo, coincidiendo con la previsión de muchas patronales. Hay que tener en cuenta que todos reconocen que la Semana Santa

¿Qué pasará con el tercer trimestre? La mayoría de las patronales y economistas consultados no son optimistas, tanto por lo que respecta a la evolución que se va a dar en el consumo de las familias como en lo relativo a la llegada de visitantes, y prevén otro descenso.

Para empezar, las familias van a aplicar fuertes recortes en su consumo y las empresas a limitar sus inversiones ante las incertidumbres que se han generado. Y se estima que dificilmente se va a recuperar el turismo a esa velocidad. Hay que recordar que un informe publicado el pasado lunes por el Centro de Predicción Económica (Ceprede) ya colocó a Balears, por su dependencia del turismo, como la autonomía más afectada por esta crisis, con un recorte en su PIB del 2,7% y con una destrucción de más de 11.000 empleos.

En cualquier caso, desde Impulsa se valora que no se haya detenido la construcción, ya que así se evita una parada total y se logra que la reactivación sea menos difícil.

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