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Las kellys temen que tras los ERTE lleguen los despidos si no vienen turistas

Camareras de piso activas durante la evacuación de los viajeros estuvieron limpiando "con más ímpetu" y sin más tiempo para desinfectar

Las trabajadoras de los hoteles durante una concentración en Palma. manu mielniezuk

"Nuestro problema será cuando acabe la cuarentena". El colectivo de las camareras de piso, otro más que se queda en la cuneta por esta crisis global. "Hasta el 75% somos trabajadoras fijas discontinuas". Lo que más temen es qué pasará tras los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE). "Si no hay trabajo, nos harán un ERE", advierte Sara del Mar García, presidenta de Kellys Unión Balear.

Otra de las preocupaciones del sector de las camareras de piso es cómo quedarán las trabajadoras eventuales, más desprotegidas, a pesar de las medidas extraordinarias puestas en marcha por Madrid y el Govern en el estado de alarma. La incertidumbre sobre una temporada turística que no llegó a brotar y se desconoce cuándo y en qué circunstancias arrancará planea sobre toda la industria turística.

Sara del Mar García, por ejemplo, se había incorporado a su empleo el pasado 16 de marzo. "El hotel no estaba abierto aún y el día 20 llegó la orden de cierre". Ella, como muchas otras kellys, ha quedado cubierta con las prestaciones previstas por los ERTE. Sin embargo, se pregunta qué pasará con el resto del colectivo. "El problema son las eventuales".

García explica que entre las kellys hay muchas bajo esa modalidad. Hay empresarios que tratan de no ligar a las camareras de piso al negocio para que no se conviertan en fijas discontinuas. "Para serlo has de llevar al menos dos temporadas trabajando en el mismo hotel. Y lo que se hace es llamarlas un año y luego no volver a hacerlo hasta el tercero".

Luego están esas otras kellys que se tenían que incorporar a los hoteles a partir de mayo. "Hay compañeras a las que el hotel aún no les ha dicho nada".

García, como los hoteleros, sigue con atención el desarrollo de la pandemia en el Reino Unido y Alemania. Sabe que de su evolución dependerá que esta extraña temporada turística logre echar a andar. "Si no vienen los turistas y no hay trabajo, nos harán ERE aduciendo que no hay producción". Una situación que puede afectar a un colectivo de hasta 30.0000 trabajadoras en el archipiélago, acota la presidenta de Kellys Unión Balear.

En estos días la agrupación de camareras de piso también ha recibido llamadas preocupándose de su situación: la de la directora insular de Igualdad y Diversidad, Rosa Cursach, y la de la regidora del Ajuntament de Palma Neus Truyol. "Querían saber cómo estamos". En cuanto a contagios parece que en el colectivo no hay de momento ninguno, dice García.

Cristina Pérez es una de las camareras de piso que estuvo trabajando hasta el viernes de la semana pasada en un hotel de Peguera. Había unos trescientos turistas, alemanes en la mayoría.

"Mucha lejía"

"Mi último día de trabajo solo quedaban 30 clientes y el sábado pasado ya se iban", comenta Cristina. "Estaban tranquilos y fueron muy comprensivos. Los que tenían que ir al aeropuerto en taxis lo hicieron "de uno en uno" por prevención. Y los que estaban con niños salieron de los primeros del hotel.

Mientras duró la evacuación "se limpiaba con más ímpetu, con lejía y mucho en los ascensores". Eso sí, con la misma carga de trabajo y sin tener más tiempo. "Con guantes y mascarilla, e intranquila por si me contagiaba yo y mi familia", dice Cristina.

Aeropuerto: Un médico contagiado y 7 en cuarentena

El equipo médico del aeropuerto también ha sido víctima del coronavirus. Un médico dio positivo y siete personas más están en cuarentena: se trata de otro facultativo, tres enfermeros y tres técnicos de transporte. El servicio en Son Sant Joan lo brinda por contrata el centro hospitalario Quirón Palma Planas.

Las condiciones en las que trabaja el equipo médico en el aeropuerto no han facilitado evitar la situación, se critica. Los trabajadores pidieron que se desinfectara el espacio en el que trabajan y no se hizo hasta el jueves. "No había ni lejía", según fuentes cercanas.

Los médicos, enfermeros y técnicos han estado haciendo sus tiempos de descanso en camas en las que "no se ha estado cambiando la ropa" y se comparten entre los trabajadores. Estaban "muy juntos" cuando se podría haber habilitado fácilmente otro lugar para ellos, en un aeropuerto gigante y fantasma en la actualidad.

También hasta el jueves los trabajadores se han estado llevando a sus casas los uniformes para lavarlos.

Como es habitual hay sanitarios que trabajan en el aeropuerto que también lo hacen en otros centros sanitarios, es decir, han estado en contacto con otras personas.

Por otro lado, "la mayoría" de las obras de Son Sant Joan ya se han paralizado, según confirmó Aena. A partir de ahora, los trabajadores de construcción solo seguirán haciendo "retoques" menores, como en los sistemas de iluminación, por ejemplo.

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